Francisco J. Fernández es un periodista forjado en el oficio desde abajo. Su vida laboral comienza con varias colaboraciones en emisoras locales mientras cursa la carrera. Posteriormente, ya como licenciado, ingresa en la plantilla de Expansión. Su siguiente trabajo lo desarrolla durante un año en el gabinete de comunicación interna de RENFE, y de ahí es reclutado para Diario Médico, periódico en el que trabaja hasta que, en el año 2001, idea, diseña y saca adelante Correo Farmacéutico.
Actualmente ejerce de director de ambas publicaciones, así como de la web Dmedicina.com, portal de salud para la población general.
Todos conocen su periódico, el más leído del sector, pero quizás no tantos lo conozcan a él, así que le agradecemos que aparque su enorme carga de trabajo y nos conceda tiempo de compartir un café.
- ¿Quién recibe Correo Farmacéutico?
Semanalmente llegamos a prácticamente todas las farmacias españolas, hospitales, Colegios oficiales, Consejerías y a la industria farmacéutica, a la que destinamos unos 2.000 ejemplares. Tenemos una tirada en papel de 25.000 ejemplares.
Por otra parte, la web de Correo Farmacéutico tiene registrados unos 55.000 usuarios.
- ¿Os queda mucho tiempo de publicar en papel?
Ni lo pienso. Me explicaré: lo fundamental para Correo Farmacéutico es estar con el lector y, aunque estemos en plena época de transición, que por otra parte no sabemos lo que durará, a día de hoy tenemos muchos lectores exclusivos de la edición en papel. Afortunadamente, también tenemos buena cantidad de usuarios de dispositivos electrónicos, con la maquetación igual que la del papel, y lectores de artículos on line. Lo que tenemos claro es que si nuestra demanda de edición en papel es enorme, hay incluso quien se jubila y nos pide seguir recibiendo el periódico en su casa, entenderás que no pensemos en cambios, más bien en las posibilidades de poder llegar a todos los lectores.
- ¿Que buscáis con vuestra línea editorial?
Podríamos resumirlo en una palabra: utilidad. Y para conseguirlo necesitamos fiabilidad e información contrastada; todo con el objetivo de hacer un periódico abierto, con todos los puntos de vista posibles mientras respeten el primer principio de la utilidad.
Nuestra meta es informar al farmacéutico de lo que pasa en su entorno, contribuir a que se forme una opinión sólida y fomentar el ánimo participativo, razón por la que hemos considerado buena idea entrar en la formación online y asociarnos con Sociedades de farmacia, Colegios o Universidades.
Nos gusta que el periódico sea un instrumento de trabajo para conocer el entorno de la profesión enfocándolo a la participación. Nuestra línea editorial defiende el carácter profesional de la farmacia y consideramos al farmacéutico como sanitario de primer nivel con mucho que hacer en el sistema.
Así lo vemos, así lo defendemos y, cuando hay que llamar la atención, procuramos hacerlo desde el punto de vista constructivo.
- ¿Tienes memoria fotográfica? Lo digo porque al verte atender a la vez a tantos representantes de la profesión y compañeros, llamándolos a todos por su nombre, lo parece…
No –ríe–, desde que empezó el proyecto de CF he tenido la gran fortuna de recibir una muy buena acogida por parte de la profesión; y me refiero a la profesión en general, desde el farmacéutico de mi pueblo (figura, por cierto, en la que a veces pienso para sondear el interés de un tema concreto), al farmacéutico de a pie, el hospitalario, instituciones o representantes.
Esta gran acogida nos ha facilitado mucho la labor al organizar actos, como los Premios anuales. Me siento cercano a la profesión porque nos dieron su confianza y eso se nota mucho en el trato.
- ¿Cómo recuerdas el comienzo de esta etapa de recortes, impagos y reales decretos?
Cuando todo empezó a torcerse nosotros dábamos las noticias, no estábamos en la piel de quien sufría, y sufre, las consecuencias en su negocio, pero te diré que tenemos nuestro particular “Síndrome de Estocolmo” con la profesión al tener que publicar tantas malas noticias seguidas. Pensábamos mucho en las repercusiones de las medidas que se empezaron a tomar y su impacto en la viabilidad de las farmacias.
Vista esta época con algo de perspectiva, y sin caer en el tópico de crisis y oportunidades, creo que se pueden extraer dos cosas buenas. La primera es que ha puesto a la profesión a revisar esquemas, y es que, al margen de cargar las culpas contra quienes firmaban los recortes, también se ha mirado hacia dentro, emergiendo preguntas como: ¿todo lo hago bien?, ¿cómo puedo mejorar?, preguntas con el objetivo natural de sacar adelante cada uno su farmacia.
La segunda es que en la farmacia española hay una suerte de toma de conciencia del valor del farmacéutico en la sociedad de hoy. Tenemos una Sanidad que necesita acercarse al ciudadano y para ello se necesita el papel del farmacéutico en una misión de vanguardia. Veo muchas posibilidades porque hay demanda.
Para hacernos una idea de la demanda que existe en la farmacia podemos compararlo con la crisis del periodismo, de la que mucho se ha hablado. Te aseguro que esa crisis periodística viene del hecho de no saber si hay demanda. En el fondo, los periodistas no sabemos si a la gente le valen cuatro titulares leídos en un móvil, o varios minutos de radio en el coche, para considerarse informada. Quiero pensar que demandan una información contrastada, trabajada y seria, pero en el fondo no lo sabemos, y de ahí nace gran parte de la crisis del periodismo.
La farmacia no tiene ese problema, tiene la demanda garantizada porque realmente hace falta. Que sepa responder, o no, a tal demanda será su gran reto.
Ahora que hemos pasado la fase más dura de la crisis, veo luces en la farmacia.
- ¿Alguna noticia especialmente desagradable para la profesión que recuerdas haber publicado?
Más que una en concreto, recuerdo muy bien las noticias en los años del procedimiento abierto desde la Comisión Europea contra el modelo español de farmacia. Recuerdo la tensión porque no acabábamos de ver las ventajas de una liberalización frente al sistema de capilaridad existente. Se proponía un cambio basado en la teoría y no se explicaron las ventajas. Demasiada incertidumbre ante cambios que no acababan de aclarar las mejoras que traerían en la realidad española.
Por supuesto dimos cabida en nuestro periódico a todos los puntos de vista sobre el posible cambio de sistema.
En el terreno personal, recuerdo con tristeza la noticia de la muerte de Pedro Capilla y así lo escribí en mi sección. Pedro Capilla y yo no llegamos a tener una relación de absoluta confianza, te diría que fue una persona crítica conmigo y con el periódico, pero todo lo hizo con absoluto respeto, y eso nos hacía sentir periodistas, en el sentido que hacíamos algo con valor. Quizás no tuvimos a
Pedro al teléfono todas las veces que quisimos, él fue siempre persona muy rigurosa, pero, a la vez, tremendamente respetuosa, y eso siempre se lo agradeceré. Nos ayudó a posicionarnos en la independencia, imprescindible en nuestro trabajo.
He guardado el recuerdo con mucho cariño y sentí mucho la noticia de su fallecimiento.
- En tantos años de profesión supongo te habrás sorprendido gratamente con alguien al tratarlo directamente.
Con muchos. Ahora que lo mencionas, recuerdo mis primeros años en Diario Médico y guardo buen recuerdo de Núñez Feijoo, por entonces en el equipo de Romay en Sanidad. De trato afable, pero cada uno en su lugar, me gustaron sus fórmulas para mejorar la gestión del sistema público. Ya llevamos años sin coincidir.
En cuanto a farmacéuticos, recuerdo la visita de Linda Strand a la redacción del periódico. Nos explicó muy bien cómo enfocaba su proyecto de Pharmaceutical Care y cómo consideraban la atención farmacéutica un gran campo imprescindible para la profesión. Me agrada ver que la Atención Farmacéutica ha sido desarrollada en España por enormes profesionales.
Si de la profesión se trata, tengo memoria selectiva, en el sentido que me gusta lo bueno que veo y tiendo a pasar página rápido con lo malo, y te puedo asegurar que tengo muy buena impresión general de sus instituciones y representantes.
- Eres un apasionado del cine. Aparte de las críticas cinematográficas que haces en correo farmacéutico, llevas ya tres libros sobre cine publicados. ¿Me podrías citar alguna película del siglo XXI que consideres imprescindible?
Me vienen a la cabeza tres obras redondas de Clint Eastwood: Million Dollar Baby, Mystic River y Cartas desde Iwo Jima.
También podemos citar A propósito de Schmidt y Nebraska, de Alexander Payne.
En cine europeo tenemos grandes películas como La vida de los otros. Y si hablamos de cine de este siglo, hay que mencionar a Pixar y la tremenda revolución del cine de animación. Los increíbles o Buscando a Nemo son dos buenos ejemplos. •
www.correofarmaceutico.com
www.diariomedico.com
www.dmedicina.com
Martín Muñoz Méndez
Farmacéutico
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