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Protagonista | Entrevista al Dr. Alberto Cordero Fort, cardiólogo

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El Dr. Alberto Cordero Fort es especialista en Cardiología en el Hospital Universitario de San Juan, además de secretario de la Sección de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). También ha sido uno de los participantes del ESC Congress 2014, que organizado por la European Society of Cardiology (ESC), se ha celebrado en Barcelona durante la primera semana de septiembre, donde a lo largo de tres días se han analizado las últimas novedades en este campo.

 

  • ¿Qué impacto tienen las enfermedades cardiovasculares en España actualmente y cuál es su tendencia?

Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en España. El infarto agudo de miocardio es la patología que tiene más mortalidad, especialmente en la fase aguda, ya que casi el 30% de los que lo padecen fallecen antes de llegar al hospital; ciertamente, se ha reducido mucho la mortalidad hospitalaria y posterior, pero aún así sigue siendo una patología con gran impacto poblacional. Por otra parte, la insuficiencia cardiaca ha crecido de forma muy alarmante en las dos últimas décadas por el envejecimiento de la población y por el aumento de pacientes que sobreviven al infarto pero presentan disfunción ventricular.

 

  • ¿Cuáles son los factores principales que causan estas enfermedades? ¿Hasta qué punto podrían evitarse?

Los factores de riesgo clásicos son el tabaquismo, la hipertensión arterial, la diabetes, la hipercolesterolemia y la edad; todos, salvo el último, son modificables, prevenibles y tratables.

 

  • ¿Qué puede más: la carga genética o los malos hábitos?

Posiblemente los malos hábitos, aunque la interacción entre ambos es muy determinante.

 

 

 “La nutrición es uno delos pilares

de la prevencióncardiovascular”

 

 

  • ¿Cuáles son las recomendaciones básicas para cuidar la salud cardiovascular?

Los tres pilares fundamentales son:

 1) No fumar,

2) Dieta sana,

 y 3) Ejercicio físico regular.

 

  • ¿Hasta qué punto es importante la educación de la población para prevenir? ¿Qué nivel tiene España al respecto?

La educación es básica en la prevención cardiovascular. Clásicamente hemos sido un país con baja incidencia de enfermedad cardiovascular y pocos factores de riesgo, fundamentalmente por nuestro estilo de alimentación mediterráneo, rico en frutas, verduras y pescado. Sin embargo, en las últimas décadas se ha ido perdiendo este patrón de vida mediterráneo y ha empeorado nuestra dieta, aumentando así la prevalencia de obesidad infantil y en la población global.

 

  • ¿Considera que en España deberían tomarse más medidas políticas sobre ciertos factores, como pueden ser la educación, la sal en los alimentos precocinados o las medidas antitabaco?

Todas las medidas e iniciativas son buenas. Sin duda las leyes reguladoras del tabaco han sido un hito en la prevención cardiovascular; además, no son “leyes antitabaco”, sino de espacios libres de humo que tratan de proteger a los no fumadores, que son un porcentaje más elevado en la población, ya que sólo el 30% de los españoles fuman.  Cuanto más restrictivas han sido las leyes mayor protección poblacional se ha conseguido, y esto, además, se ha traducido en incidencias menores de infarto, lo cual es un dato tremendamente importante.

 

  • Las actuales restricciones con respecto al tabaco han hecho crecer el mercado del cigarro electrónico. ¿Qué efectos tiene el e-cigarro en la salud cardiovascular?

Precisamente en el último mes se ha dado a conocer un posicionamiento de la American Heart Association al respecto, y enfatiza que es una forma de consumo de nicotina cuyos efectos perjudiciales son muy similares a las clásicas formas de consumo de tabaco. Uno de los principales problemas es el atractivo que tiene para la gente joven, en los que puede ser la forma inicial de consumir tabaco de forma regular. Al fin y al cabo, se trata de una forma de exponerse a una sustancia adictiva y dañina, la nicotina, pero sin el resto de tóxicos de los cigarrillos clásicos.

 

  • Parte del congreso se va ha centrado en la nutrición. ¿Hasta qué  punto puede ayudar la alimentación? ¿Qué debe comerse y qué alimentos deben evitarse?

La nutrición es uno de los pilares de la prevención cardiovascular. El patrón de dieta mediterránea rica en verduras, frutas, pescado y alimentos frescos, ha demostrado reducir la incidencia de la enfermedad cardiovascular, especialmente cuando contiene frutos secos y aceite de oliva. El estudio PREDIMED (Prevención cardiovascular con Dieta Mediterránea) ha sido un auténtico hito en este campo, y se ha realizado en España dando lugar a diferentes publicaciones de mucho impacto que demuestran este efecto beneficioso.

 

 

“Las enfermedades cardiovasculares

son la primera causa de muerte en España”

 

 

  • ¿Qué efectos tienen el consumo de café, té o bebidas energizantes a nivel del corazón?

El café parece no tiene efectos negativos sobre el riesgo cardiovascular. El problema que si lleva asociado es que un importante número de consumidores de café también son fumadores, y esto es lo realmente dañino.

Respecto a las bebidas energéticas ha habido bastante confusión, ya que realmente contienen 80 mg. por cada 225 ml., el equivalente a un café y medio o dos latas de coca-cola, y por tanto solo la ingesta de cantidades muy elevadas podría tener un efecto excesivamente activador; la alerta real ha surgido con la comercialización de envases de 500 ml. o superiores. El gran problema son las bebidas carbonatadas, que tienen un alto contenido de azúcares y han demostrado incrementar el riesgo de diabetes, hipertensión e, incluso, el de presentar un infarto.

 

  • El estrés familiar o la depresión también influyen en el riesgo cardiovascular. ¿Hasta qué punto?

La depresión y la ansiedad se incluyeron en las últimas guías de prevención cardiovascular de 2011 como factores ha tener en cuenta tanto después del infarto como antes. Los mecanismos directos por lo que aumentan el riesgo cardiovascular no se conocen, pero si ha quedado claro que existe una relación. El mayor consumo de tabaco, patrones dietéticos menos favorables y menor actividad física se han propuesto como posibles mecanismos.

 

Dr. Alberto Cordero

 

 

Atención cardiovascular desde la farmacia                                                                                

  • ¿Cómo cree que puede ayudar el farmacéutico a un paciente que sufra estas dolencias?

Colaborando en enfatizar la importancia de la adherencia a la medicación.  Después de un infarto los pacientes deben tomar uno o dos antiagregantes, además de una estatina, y en casi todos los casos un betabloquante y un antihipertensivo. Por lo tanto, se les prescriben de 3 a 5 tratamientos, que añadidos a otros que ya pudieran estar recibiendo, suponen cierta carga. La correcta cumplimentación ha demostrado que mejora de forma importante el pronóstico a medio y largo plazo, y es, por tanto, muy importante. La mayoría de los fármacos se toleran muy bien y consisten en una dosis al día. En el congreso Europeo de Cardiología se ha presentado el estudio FOCUS que analizó la cumplimentación en pacientes que ya habían tenido un infarto, y se observó que sólo dos terceras partes toman realmente todos los tratamientos que se les habían prescrito.

 

  • ¿Qué posibles factores de riesgo cardiovascular se pueden detectar desde la farmacia?

Posiblemente casi todos. La hipertensión y el tabaquismo son quizás los más accesibles, pero tanto los valores elevados de glucemia como de colesterol también pueden detectarse.

 

  • ¿Qué servicios de medición del riesgo cardiovascular pueden realizarse en la farmacia?

Igualmente una gran mayoría, porque aunque la decisión de iniciar un tratamiento no sea su responsabilidad, sí pueden establecer recomendaciones nutricionales o derivar a los médicos.

 

“El café parece no tiene efectos

negativos sobre el riesgo cardiovascular

 

 

  • ¿En qué casos debe derivar el farmacéutico al médico?

Cuando detecte efectos secundarios que el paciente pueda referirle, como frecuencia cardiaca o presión arterial baja, hemorragias o sangrados.•

 

Elena Ameijides

redaccion@revistaacofarma.com

 

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