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Medicamentos y normativa | Un estudio relaciona a los agonistas del GLP-1 con graves afecciones gastrointestinales

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Los medicamentos conocidos como agonistas del GLP-1, que incluyen marcas como Wegovy, Ozempic, Rybelsus y Saxenda, están relacionados con un mayor riesgo de problemas gastrointestinales que abarcan parálisis estomacal, pancreatitis y obstrucción intestinal. Así lo afirma una investigación de la Universidad de Columbia Británica (Canadá), publicada en octubre en la revista científica JAMA.

Si bien análisis anteriores señalaron algunos de estos riesgos en personas con diabetes, este es el primer estudio poblacional que examina eventos gastrointestinales adversos en pacientes no diabéticos que utilizan estos medicamentos con el objetivo de perder peso.

«Dado el amplio uso de estos fármacos, estos eventos adversos, aunque raros, deben tenerse en cuenta por los pacientes que estén pensando en emplearlos para adelgazar», dijo el primer autor de la investigación, Mohit Sodhi, graduado en el programa de medicina experimental de la UBC y estudiante de cuarto año de medicina en dicha universidad. «El cálculo del riesgo variará dependiendo de si un paciente está utilizando estos fármacos para la diabetes, la obesidad o simplemente para perder peso en general. Las personas sin problemas de salud pueden ser menos propensas a aceptar estos eventos adversos potencialmente graves», apuntó.

Los agonistas del GLP-1 fueron desarrollados en principio para el manejo de la diabetes tipo 2, pero en los últimos años se ha extendido su uso fuera de indicación para la pérdida de peso llegando a los 40 millones de prescripciones en Estados Unidos el pasado año.

De hecho, fue en 2021 cuando algunos de estos fármacos empezaron a aprobarse como tratamientos para la obesidad. Sin embargo, los ensayos clínicos aleatorizados que examinaron su eficacia en la pérdida de peso no estaban diseñados para hallar eventos gastrointestinales raros debido a que el tamaño de la muestra era pequeño y los períodos de seguimiento cortos.

«Hemos detectado casos puntuales con algunos pacientes que utilizan estos medicamentos para adelgazar y luego presentan episodios repetidos de náuseas y vómitos causados por un trastorno llamado gastroparesia», afirmó el Dr. Mahyar Etminan, autor principal del estudio, epidemiólogo y profesor asociado en el departamento de oftalmología y ciencias visuales de la facultad de medicina de la UBC, «pero hasta ahora, no ha habido datos de grandes estudios epidemiológicos».

Para analizar si estos eventos deben tenerse en cuenta a la hora de prescribir estos fármacos, los investigadores de la UBC examinaron los registros de reclamaciones de seguros de salud de aproximadamente 16 millones de pacientes en los Estados Unidos entre 2006 y 2020, y analizaron a aquellos a los que se les recetó semaglutida o liraglutida, dos de los principales agonistas del GLP-1. Incluyeron a personas con antecedentes recientes de obesidad y excluyeron a las que padecían diabetes o a las que se les habían prescrito otros medicamentos antidiabéticos.

Los investigadores analizaron los registros para ver cuántos pacientes desarrollaron una de las cuatro afecciones gastrointestinales y compararon esa tasa con aquellos que usaron otro medicamento para perder peso, la bupropión-naltrexona. En comparación con la bupropión-naltrexona, los agonistas del GLP-1 estaban asociados con:

Un riesgo 9.09 veces mayor de pancreatitis o inflamación del páncreas, que puede causar un fuerte dolor abdominal y, en algunos casos, requerir hospitalización y cirugía.

Un riesgo 4.22 veces mayor de obstrucción intestinal, que impide que los alimentos pasen a través del intestino delgado o grueso provocando síntomas como cólicos, hinchazón, náuseas y vómitos. Dependiendo de la gravedad, puede requerirse cirugía.

Un riesgo 3.67 veces mayor de gastroparesia o parálisis estomacal, que limita el paso de alimentos desde el estómago al intestino delgado y provoca síntomas como vómitos, náuseas y dolor abdominal.

El estudio también encontró una mayor incidencia de enfermedades biliares, pero la diferencia no se consideró estadísticamente significativa.

Los investigadores sostienen que, aunque los eventos son raros, al tratarse de productos cada vez más accesibles y que son utilizados por millones de personas en todo el mundo, esto podría derivar en que cientos de miles de pacientes sufran estos trastornos al adquirirlos sin conocer los posibles efectos adversos.

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