Información proporcionada por FEFAC
(Federación de Asociaciones de Farmacias de Cataluña)
La pandemia de la COVID-19 ha planteado diversos retos a las empresas para garantizar la salud de sus trabajadores. Los departamentos de gestión de personas y de Prevención de Riesgos Laborales (PRL) han concentrado y siguen concentrando sus esfuerzos para idear planes seguros de prevención adaptados al nuevo contexto. A continuación, resumimos algunas formas seguras de implementar una política de prevención de riesgos laborales para hacer frente a la COVID-19 en la farmacia, a partir de las recomendaciones del Instituto Catalán de Seguridad y Salud Laboral (ICSSL), que el pasado mes de noviembre participó en el encuentro digital de PIMEC “Cómo podemos hacer compatible la vuelta al trabajo con la prevención de la COVID-19”.
Servicios de Prevención de Riesgos Laborales (SPRL)
La función esencial de los SPRL es asesorar y apoyar a las empresas en su obligación de garantizar la seguridad y la salud de las personas trabajadoras. Ante la situación actual provocada por la COVID-19, los SPRL colaboran en la detección de casos, dando soporte a la tarea que se hace desde los servicios de atención primaria y hospitalaria y contribuyendo al sistema de información de vigilancia epidemiológica.
Cuando el SPRL detecta un caso sospechoso indica aislamiento domiciliario de la persona afectada, que ha de realizarse una PCR. El SPRL puede hacerlo, siempre que disponga de medios. En caso de que no sea posible, la confirmación deberá hacerse desde la atención primaria, con la que tendrá que contactar la persona afectada. Todos los casos sospechosos se mantendrán en aislamiento y se iniciará la identificación de los contactos estrechos. El SPRL enviará la información por correo electrónico al Servicio de Vigilancia Epidemiológica (SVE) correspondiente para actuar coordinadamente.
El Plan de Contingencia
A estas alturas todos estamos familiarizados con el plan de contingencia o protocolo general de seguridad y salud que cada organización ha tenido que implementar para hacer frente a la COVID-19. El plan de contingencia detalla las medidas razonables y exigidas por las autoridades sanitarias para impedir el riesgo de contagio, consensuadas entre la empresa y los trabajadores.
En el plan de contingencia encontramos el conjunto de procedimientos e instrucciones alternativas a las condiciones operativas normales de nuestra farmacia, de manera que se permita el funcionamiento de esta. Está basado en la evaluación de riesgos que permita identificar un conjunto de medidas preventivas de respuesta, que habría que tomar para afrontar de manera adecuada y efectiva posibles incidentes, accidentes y/o estados de emergencia que puedan suceder en las instalaciones o fuera de ellas.
Estructura del plan de contingencia
- Descripción de la empresa.
- Medidas generales para reducir tanto la exposición al riesgo como la posible propagación.
- Avaluación del riesgo a diferentes niveles. En función de:
• La naturaleza de las actividades.
• El número de personas internas y externas a la empresa.
• Distancia entre lugares de trabajo.
• Mecanismos de transmisión del coronavirus.
• Contacto laboral con personas sintomáticas (estrecho o no). - Planificar las medidas preventivas en función del riesgo evaluado (baja, media o alta probabilidad de exposición).
- Mecanismos de seguimiento y control:
• Asegurar la actualización permanente de la evaluación de riesgos.
• Clasificación de las personas trabajadoras según el nivel de riesgo y la aplicación de las medidas preventivas correspondientes.
• Actualizar y difundir el plan y comprobar la recepción y conocimiento de las personas trabajadoras.
• Establecer un plan específico de la situación y actualizarlo, manteniendo la comunicación con la empresa.
Medidas sobre la distancia física
Es muy importante reducir el número de trabajadores presentes de forma simultánea cuando sea necesario para garantizar la distancia de seguridad. También valorar establecer horarios y turnos de trabajo especiales para reducir el número de personas trabajadoras presentes al mismo tiempo. Se tendrá que garantizar, en este contexto, la seguridad y la salud de las personas especialmente sensibles y vulnerables frente a la COVID-19, reflejándose este criterio en la evaluación de riesgos y siempre con las indicaciones del SPRL.
Es preciso analizar la distribución y organización de los lugares de trabajo para garantizar que se puede mantener la distancia en las áreas de uso común. Podemos identificar las tareas en las que será difícil respetar la distancia de seguridad y buscar soluciones, como las barreras físicas y los elementos de separación entre personas, o incluso valorar la manera de realizar la tarea.
Medidas con relación a la movilidad
En la medida de lo posible, flexibilizar los horarios de entrada y salida de los trabajadores para evitar las horas punta del transporte público y las aglomeraciones. Cuando se use vehículo particular, ponerse la mascarilla y mantener las medidas de higiene antes y después.
Medidas relacionadas con las zonas comunes
Algunos consejos del ICSSL en lo que respecta a las zonas comunes son establecer, en la medida de lo posible, zonas de entrada y salida para evitar la aglomeración de personas y garantizar la distancia de seguridad. También establecer zonas de descanso previendo un aforo máximo o por turnos que permita mantener la distancia de seguridad.
Otras medidas serían evitar los sistemas de fichaje que impliquen la huella dactilar y prever lugares en los que limpiarse las manos con agua y jabón o con solución hidroalcohólica.
También disponer de papeleras con tapa de accionamiento con pedal como papelera para tirar toallitas o pañuelos de un solo uso y limpiar las superficies en contacto con las manos con frecuencia.
Medidas relacionadas con las zonas de trabajo
Hay que reducir la posibilidad de contacto entre trabajadores, adoptando medidas para garantizar la distancia de seguridad entre los trabajadores y las personas que acuden a la farmacia. Es preferible el uso individual de herramientas, equipos de trabajo, material, teléfonos, etc. En caso contrario, se recomienda descontaminarlos después de cada uso.
Extremar las medidas higiénicas de limpieza y desinfección
A continuación, recordamos las medidas básicas que hay que tener en cuenta:
• Taparse la nariz y la boca con pañuelos de un solo uso. Después, tirarlos a la papelera con tapa de accionamiento con pedal.
• Toser y estornudar en la cada interna del codo. Después lavarse las manos.
• Garantizar la disponibilidad y fácil acceso de agua, jabón y soluciones desinfectantes.
• Lavarse las manos con agua y jabón antes de acceder al lugar de trabajo.
• Extremar la higiene personal en lavabos.
• Realizar limpieza y desinfección de los espacios de trabajo de manera periódica.
• Intensificar la limpieza en espacios a los que acceden personas externas a la empresa como zonas de recepción de materiales etc.
• Las mesas, materiales, superficies de trabajo han de tener fácil limpieza y desinfección.
Coordinación empresarial
Todas las medidas adoptadas para evitar el contagio del virus se han de hacer extensivas a otros trabajadores que accedan al centro de trabajo: proveedores, subcontratistas, empresas de obras o servicios, trabajadores autónomos, etc. También a los propios trabajadores si tienen que desplazarse a centros de trabajo.
Comunicación
La comunicación con el equipo es fundamental para seguir avanzando y hacer frente a esta pandemia y concienciar en la aplicación de medidas de prevención de riesgos laborales. Es importante estar formado, además de informado y en constante comunicación. El titular de oficina de farmacia puede poner en valor su liderazgo a través del ejemplo, fomentando la participación de todos los miembros de su equipo para lograr comportamientos preventivos y saludables.
Consejos para una correcta ventilación
La normativa laboral RD 486/7, de 14 de abril, establece las disposiciones mínimas de seguridad y de salud en los lugares de trabajo.
• Renovación de aire mínima: 30 m3 por hora y trabajador si se trata de trabajo sedentario en ambiente no caluroso de 50 m3 por hora y trabajador en la resta de casos.
• Temperatura: entre 17 y 27 grados si se trata de trabajos sedentarios y entre 14 y 25 grados si se trata de trabajos ligeros.
• Aumentar el tiempo de funcionamiento del sistema de ventilación mecánica (dos horas antes y después de la presencia de trabajadores).
• No apagar la ventilación mecánica cuando no haya personal para dificultar el depósito de partículas en suspensión.
• Utilizar el máximo de aportación de aire exterior que permita el sistema, reduciendo la circulación.
• No utilizar ni fan-coils ni splits. En caso de utilizarlos, mantenerlos encendidos para dificultar el depósito de partículas en los aparatos.
• Si el centro de trabajo no dispone de un sistema de ventilación, mantener tanto como sea posible una ventilación natural.
• Mantener la extracción de los lavabos en funcionamiento constante. En caso de no tener extracción mecánica, mantener las ventanas abiertas para garantizar la ventilación.
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