El Grupo Directivo Ejecutivo sobre Desabastecimiento y Seguridad de Medicamentos (MSSG, por sus siglas en inglés), formado por la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés), la Comisión Europea y los Directores de las Agencias de Medicamentos (HMA), ha reconocido que se está produciendo una «escasez» de algunos antibióticos en varios estados miembro en la Unión Europea, un problema que se ha visto agudizado por situaciones como la guerra en Ucrania, la crisis energética y las altas tasas de inflación.
A estas circunstancias geopolíticas se ha añadido que en los últimos meses se ha registrado un aumento de la incidencia de infecciones respiratorias que ha incrementado la demanda de antibióticos como la amoxicilina (sola y en combinación con el ácido clavulánico), especialmente en formulaciones pediátricas. Además, se han producido algunos retrasos en la fabricación y problemas de capacidad de producción de algunos laboratorios. El cúmulo de estas situaciones ha provocado problemas de suministro que afectan a la mayoría de los países que conforman la Unión Europea.
Por estas razones, el MSSG, grupo creado en marzo del pasado año para garantizar un suministro regular y suficiente de medicamentos a toda la ciudadanía, lleva varios meses haciendo un seguimiento de este problema e implementando medidas mitigadoras para paliar su impacto.
¿Qué acciones se están realizando?
En España, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), habilitó el pasado mes de noviembre la posibilidad de sustitución directa de las soluciones pediátricas de amoxicilina por parte del farmacéutico debido a la disponibilidad de presentaciones en otras formas farmacéuticas con el mismo principio activo. Esta medida ha evitado desplazamientos innecesarios a los pacientes y reducido las consultas médicas en atención primaria. En paralelo, este organismo está en comunicación continua con los laboratorios para controlar sus stocks y el consumo realizado para garantizar el suministro y poder tomar medidas adicionales si fuera necesario.
A nivel europeo, se está llevando a cabo una monitorización de estos antibióticos también desde noviembre, y ya se ha llegado a algunos acuerdos con los actores clave en la cadena de suministro. El principal, garantizar el aumento de la capacidad de fabricación por parte de los laboratorios.
A nivel estatal, en los estados miembro más afectados se han tomado medidas como permitir el suministro excepcional de determinados medicamentos o conceder exenciones totales o parciales a determinados etiquetados y requisitos de envasado para garantizar que los pacientes puedan recibir el tratamiento adecuado. La Comisión Europea, como miembro del MSSG, está investigando si se podrían realizar acciones adicionales.
Debido a que estos problemas son de origen multifactorial y global, existen muchos países fuera de Europa que también se ven afectados, por lo que desde el MSSG se ha fortalecido el intercambio de información con otros reguladores internacionales. Con los datos actuales aportados por todas las partes –industria, oficina y servicios de farmacia, agencias reguladoras, etc.– se estima que se vuelva a una completa normalidad en los próximos meses.
Por último, y de cara al uso de antibióticos, es importante recordar que es indispensable una utilización prudente para mantener su eficacia y evitar la resistencia a los antimicrobianos. Los antibióticos, incluida la amoxicilina, solo deben recetarse para tratar infecciones bacterianas. No son adecuados para el tratamiento de infecciones virales como el resfriado y la gripe, donde no son efectivos.
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