Un estudio presentado en el último encuentro de la American Society of Health-System Pharmacists (ASHP), celebrado el pasado mes de diciembre en California, cuestiona la veracidad de las respuestas ofrecidas por la versión gratuita de ChatGPT, que podría generar contenidos inexactos y poner en peligro la salud de los usuarios.
Los investigadores desafiaron a la versión gratuita de ChatGPT de OpenAI con preguntas reales planteadas al servicio de información sobre medicamentos de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Long Island durante un período de 16 meses (entre 2022 y 2023).
Los farmacéuticos involucrados en el estudio investigaron y contestaron 45 preguntas, y cada una de ellas fue revisada por un segundo especialista. Finalmente se excluyeron seis cuestiones al no existir literatura disponible para proporcionar una respuesta basada en datos, por lo que se plantearon un total de 39 interrogantes a ChatGPT, cuyo resultado se comparó con las respuestas facilitadas por los científicos.
Sólo 10 de las 39 respuestas generadas por ChatGPT fueron consideradas satisfactorias según los criterios establecidos por los expertos. En las restantes, el contenido generado no abordó directamente la cuestión (11), fue inexacto (10) y/o incompleto (12). En cada pregunta, los investigadores pidieron a ChatGPT que facilitase referencias para que la información pudiera ser verificada, pero solo se proporcionaron en ocho casos, y en todos ellos se incluyeron menciones falsas.
En uno de los puntos, por ejemplo, los farmacéuticos preguntaron a ChatGPT si existe alguna interacción entre Paxlovid, un antiviral utilizado para el tratamiento de la covid-19, y verapamilo, un medicamento indicado para bajar la presión arterial. Aunque ChatGPT indicó que no, en realidad esta combinación de medicamentos tiene el potencial de interactuar entre sí provocando una reducción excesiva de la presión arterial, un efecto adverso no deseado y prevenible.
En los últimos años las herramientas basadas en inteligencia artificial (IA) han desarrollado un importante potencial para impactar tanto en aspectos clínicos como operativos de la medicina, por lo que deben de ser revisadas por especialistas en este campo para asegurarse de que no suponen un peligro para el usuario.
Debido a esto, los autores consideran que el consejo farmacéutico continúa siendo imprescindible para el paciente, y que son estos profesionales sanitarios quienes deben de evaluar la idoneidad y validez de las herramientas específicas de IA para los usos relacionados con los medicamentos, así como educar a la población sobre qué fuentes son fiables en este sentido.
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