Un estudio liderado por la Universidad de Estudios de Padua, con sede en Italia, ha revelado una mayor incidencia de problemas cardiovasculares en pacientes que padecen psoriasis grave, una enfermedad cutánea autoinmune incurable que padece entre el 1% y el 3% de la población.
En lo que constituye el estudio más extenso hasta la fecha sobre la relación entre la psoriasis grave y la disfunción microvascular coronaria (DMC), un grupo de investigadores, encabezado por científicos de la Universidad de Estudios de Padua, ha encontrado evidencia adicional de que los pacientes con esta enfermedad enfrentan un mayor riesgo de problemas cardiovasculares. Los resultados de esta investigación se han publicado en el Journal of Investigative Dermatology.
La psoriasis es una afección cutánea crónica, inflamatoria y autoinmune que se estima afecta a entre el 1% y el 3% de la población mundial. En el estudio, 503 pacientes con psoriasis, que no tenían antecedentes de enfermedad cardiovascular clínica, se sometieron a ecocardiografías Doppler transtorácicas para evaluar la microcirculación coronaria.
Los expertos descubrieron que más del 30 % de los pacientes asintomáticos en la población del estudio presentaban disfunción microvascular coronaria.
La DMC, también conocida como enfermedad de las arterias pequeñas, es una enfermedad cardíaca que afecta a las paredes y el revestimiento interno de los pequeños vasos sanguíneos de las arterias coronarias que se ramifican desde las arterias coronarias principales. Esto provoca una irrigación sanguínea insuficiente al corazón, lo que puede tener consecuencias graves.
El autor principal del estudio, Stefano Piaserico, que es profesor de investigación en la Unidad de Dermatología de la Universidad de Padua, explicó que investigaciones previas habían sugerido una mayor prevalencia de esta enfermedad cardíaca en pacientes con enfermedades inflamatorias crónicas, como la psoriasis. Sin embargo, este estudio buscó entender los mecanismos específicos que contribuyen a este mayor riesgo.
Los resultados del estudio indicaron que la gravedad de la psoriasis, la duración de la enfermedad y la presencia de artritis psoriásica se asociaron de manera independiente con una menor reserva de flujo coronario en los pacientes. Sorprendentemente, los factores de riesgo cardiovascular tradicionales, como el tabaquismo, la hiperlipidemia y la diabetes, no se asociaron de forma independiente con una menor reserva de flujo coronario en pacientes con psoriasis grave.
Los investigadores destacan la importancia de considerar la inflamación y los factores relacionados con la psoriasis al evaluar el riesgo cardiovascular en pacientes con psoriasis grave.
El estudio también tiene implicaciones significativas para el diagnóstico y la prevención de enfermedades cardiovasculares. Los médicos podrán evaluar de manera más precisa el riesgo cardiovascular en estos pacientes, lo que podría llevar a cabo una intervención temprana y personalizada. Además, educar a los pacientes sobre el mayor riesgo cardiovascular asociado con la psoriasis grave puede llevar a medidas proactivas para reducirlo. La colaboración entre dermatólogos y especialistas cardiovasculares también se destaca como crucial para brindar una atención integral y estrategias de prevención efectivas.
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