El Instituto Pasteur de París ha realizado un extenso estudio que arroja luz sobre el impacto del tabaquismo en la respuesta inmunitaria, revelando cambios significativos que perduran incluso después de que una persona deje de fumar. La conclusión, tras analizar más de cien factores ambientales en una muestra de mil individuos, es que fumar es la causa más influyente en la alteración de la inmunidad innata y adaptativa, así como en cambios epigenéticos que pueden persistir durante décadas.
Dirigido por Darragh Duffy y Violaine Saint-André, un equipo de investigación de la institución francesa ha profundizado en la complejidad de las respuestas inmunitarias, centrándose en la secreción de citoquinas, proteínas clave en la regulación de las reacciones inflamatorias del organismo.
Más allá de los conocidos efectos nocivos del tabaco en la salud, este estudio, publicado en el último número de la revista Nature, subraya cómo fumar influye en el sistema de defensas del cuerpo humano, incluso mucho tiempo después de que alguien deje el hábito. Los resultados, obtenidos tras el análisis de muestras de sangre de los participantes, evidencian que el tabaquismo deja una profunda huella en la inmunidad, afectando tanto a respuestas generales como a las específicas de patógenos.
Una de las observaciones más relevantes es que, si bien algunos efectos como la inflamación aumentada pueden ser transitorios y desaparecer con el cese del hábito de fumar, otros, relacionados con la respuesta inmunitaria adaptativa, persisten a lo largo del tiempo, alterando los niveles de citoquinas liberadas en respuesta a infecciones u otras agresiones externas al sistema inmunitario.
Según los investigadores, las respuestas inmunitarias varían ampliamente de un individuo a otro, y factores como la edad, el sexo, la genética y también el estilo de vida, pueden influir en esta variabilidad. Esto se hizo evidente en el contexto de la pandemia de la Covid-19, donde algunos individuos desarrollaron síntomas graves mientras que otros permanecieron asintomáticos.
Desde una perspectiva molecular, los resultados destacan que el tabaquismo impacta en los niveles de metilación del ADN en las proximidades de genes implicados en la regulación del metabolismo y que codifican transactivadores de señales. Estos cambios epigenéticos muestran una mayor metilación en los genes de fumadores, una asociación que persiste incluso después de dejar el hábito y puede tardar décadas en revertirse por completo.
El artículo no solo ha proporcionado una instantánea de los efectos a largo plazo del tabaquismo en la inmunidad, sino que también ha sentado las bases para investigaciones futuras. Los científicos están llevando a cabo un estudio longitudinal de diez años para seguir la evolución de las respuestas inmunitarias en una cohorte específica, además de replicar el modelo en una muestra adicional de individuos en Hong Kong, permitiendo así comparaciones entre diferentes grupos genéticos y socioculturales.
En términos de implicaciones para la salud pública, los hallazgos obtenidos subrayan la urgencia de abordar el tabaquismo como un problema de salud grave a largo plazo. Los expertos destacan la importancia de dejar de fumar lo antes posible, no solo para prevenir los riesgos conocidos como el cáncer, sino también para proteger la integridad de la respuesta inmunitaria y la salud general a largo plazo.
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