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Artículos farmacéuticos Nutrición | Propiedades farmacéuticas de los betaglucanos

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Índice

Magda Rafecas. Doctora en Farmacia.
Catedrática de Nutrición y Bromatología. Universidad de Barcelona
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En general bajo el nombre de β-glucanos o correctamente β-glucanas, se encuentran compuestos amparados bajo el paraguas de polímeros de la β-glucosa. Dependiendo de la posición de la posición del doble enlace glicosídico, encontramos, por ejemplo, la celulosa (1→4) β-D-glucano. (Figura 1) A veces nos damos cuenta de lo complicados que son los compuestos derivados de la glucosa, con su enormidad de fórmulas y lógicamente con sus diversas aplicaciones en la salud.

Aunque cuando hablamos de β-glucanos siempre son 2 tipos de estructuras, así tenemos (1→3) β-D- uniones glicosídicas lineales o (1→6) β-D-uniones glicosídicas ramificadas. Como reconocerán conmigo, estamos hablando de un gran número de productos y en su conjunto los conocemos como “β-glucanos” que son, como hemos dicho, estructuralmente diferentes como diferentes son sus aplicaciones en el organismo humano. Alimentariamente, los β-glucanos se encuentran en la avena, salvado, centeno, algas, paredes de hongos y levaduras, y muchas veces se obtienen como subproducto en la fermentación de la cerveza (clásicamente la S. cerevisiae).

El concepto del efecto terapéutico de los β-glucanos se percibe claramente a mitad del siglo XIX, cuando Busch (1850)1 utilizó derivados de las algas y de los hongos para tratar pacientes con erisipela, tratamiento que fue continuado por Coley (1894)2 y que, desde la publicación de su artículo, se conoció como “toxina de Coley”. Actualmente se sabe que se trata de la interleuquina IL-12 (por favor, sigamos leyendo, ya sabemos que la IL-12 es una citoquina proinflamatoria, pero resulta que regula la respuesta de las NK, natural killers y otros compuestos de la inmunidad innata y la inmunidad adaptativa, lo cual supone una ventaja para el organismo humano, sino se desequilibra).

Figura 1. Estructura de los β-glucanos

La investigación sobre los β-glucanos tal y como ahora la conocemos, empieza en Japón, quizá por su tradicional consumo de setas (shiitake, maitake, reishi, etc). El investigador al frente de estos hallazgos fue Goro Chihara de la Universidad de Teiko (Japón) que los puso en el mapa del mundo nutricional y farmacológico occidental.

Efectos biológicos de los β-glucanos: Sistema Inmune

El efecto más conocido de los β-glucanos es el aumento de las actividades inmunitarias en el organismo humano, especialmente en los macrófagos, considerados como la primera barrera del organismo humano. Los β-glucanos son reconocidos (como hemos comentado anteriormente, aunque sin la concreción clara del mecanismo) por el sistema inmunitario innato. Este reconocimiento fue realizado en un principio con una base tradicional japonesa, sin una base científica, hasta que hemos llegado a la misma a través de los β-glucanos.
En la figura 2 se observan los puntos del sistema innato y adaptativo donde actúan los β-glucanos. Actúan, en primer lugar, activando las reacciones primarias del sistema inmunitario innato, así se activan las barreras orgánicas que implican las barreras de la dermis, el pH, y diferentes secreciones como las mucinas y defensinas, que engrosan la pared del intestino haciendo que se dificulte la entrada de patógenos en el organismo. Asimismo se incrementa la producción de lisozimas, que también actúan frente a diferentes patógenos y, por tanto, se convierten en la primera defensa frente a bacterias, virus o toxinas. Además, se producen proteínas séricas, que llevan al llamado complemento.

El sistema del complemento forma parte de la inmunidad innata. En mamíferos este sistema funciona como uno de los principales mecanismos de defensa y su principal misión es la eliminación de patógenos. Es también un arma de doble filo, pues su ausencia puede ocasionar una susceptibilidad importante a infecciones, pero su activación en exceso también puede resultar dañina. Pertenece a los sistemas de activación que disponen los vertebrados en la circulación sanguínea. Cada uno de ellos consta de una serie de proteínas coordinadas en sus funciones como los miembros de un equipo de una carrera de relevos.

Estos sistemas se activan gradualmente, en cascada, y sus diversos integrantes interaccionan entre sí. En condiciones normales, las proteínas están en forma inactiva, pero una señal específica hace que se active la primera de ellas, quien a su vez activa a la segunda, y así sucesivamente. Los últimos miembros del equipo son los que realizan las funciones claras, como sería la de formar un coágulo, deshacerlo cuando ya no es necesario, ampliar la luz de los vasos e incrementar la permeabilidad capilar y, en el caso del complemento inmunitario, eliminar patógenos y células infectadas.

Por otro lado, la inmunidad adquirida es la que a través de diferentes pasos metabólicos nos conducen a las interleucinas anti-inflamatorias, que concluyen con una eliminación de los patógenos.

Por todo esto, que se ha comentado, se considera a los β-glucanos unos ingredientes bioactivos que demuestran su eficacia en modelos de infección, como pueden ser Leishmania, Escherichia, Candida, Estreptococcus y otros como Plasmodium o Tripanosoma.

Otros efectos de los β-glucanos

Curación de heridas o lesiones tisulares en órganos

El proceso de curación de heridas se caracteriza por reparar la piel u otros tejidos orgánicos. El modelo clásico se divide en tres fases: inflamación, proliferación y fase de remodelación. Así se sugiere que los β-glucanos participan en dicho proceso mejorando el transporte de los macrófagos hacia el órgano a tratar, estimulando la re-epitelización y favoreciendo el depósito de colágeno. En este sentido participan disminuyendo las tasas de colesterol plasmático, siendo anti-diabéticos, anti-tumorales, antivirales y antibacterianos, como se ha comentado anteriormente.

Efectos antiaging

El envejecimiento es un proceso gradual, que conduce a una disfunción en todos los órganos del cuerpo humano. Una piel envejecida está llena de arrugas, seca, laxa (se descuelga fácilmente) y áspera; paralelamente, se crean dobles enlaces entre proteínas, bien por glicación o por oxidación de aminoácidos que forman parte de proteínas como son los colágenos y las elastinas.

La investigación sobre los efectos “antiaging“ de compuestos bioactivos, como es el caso que se nos ocupa ahora, se basa en primer lugar en el poder antioxidante de los β-glucanos (recordemos que la oxidación es uno de los mecanismos clave en el envejecimiento). Así, los β-glucanos actúan en diversos frentes, mejorando la actividad de la superoxido dismutasa (SOD) y la glutatión peroxidasa, o actuando como quelantes de radicales hidroxilos, disminuyendo su actividad. Otra de las acciones de los β-glucanos es su efecto antioxidante sobre las ROS (especies reactivas oxidadas), especialmente aquellas que se producen en la fotoxidación por rayos UV.

Los primeros signos de envejecimiento son las arrugas. Su aparición se debe a la pérdida de colágeno tipo I en la capa dérmica de la piel. Se ha estudiado la capacidad de los β-glucanos de controlar el metabolismo del colágeno tipo I mejorando la textura de la piel. Además, actúan sobre el estrato córneo de la piel, hidratándolo.

Otros efectos

En los complementos alimenticios se encuentran diversas marcas y tipos de β-glucanos, que se extraen especialmente de la avena, cebada y el arroz, y se utilizan para algunas de las funciones anteriormente citadas. Existen, también, productos que disminuyen el colesterol, extraídos de setas (shiitake) y de levaduras y hongos. En el caso de β-glucanos procedentes del hongo Schizophyllum commune, ha sido aprobado en Japón su uso clínico en el tratamiento del cáncer.

Finalmente, recordar que los β-glucanos son uno de los tipos de fibra soluble. Por ello, se utilizan también en formulaciones en forma de gel, cuya ingesta hace que se deposite una capa viscosa en el intestino que modifica el metabolismo de la glucosa, disminuyendo el índice-glucémico, lo que le confiere efecto antidiabético. Debemos señalar que la EFSA tiene aprobado un “claim” de “reducción de la respuesta glucémica” para los β-glucanos de avena y cebada, en dosis como mínimo de 4 gramos de β-glucanos por 30 gramos de carbohidratos disponibles consumidos en una comida.

En resumen

Los β-glucanos son ingredientes bioactivos que poseen muchas propiedades farmacéuticas, pero siempre hemos de tener en cuenta su origen, ya sea a partir de cereales, de hongos o de levaduras, dado que poseerán propiedades saludables diferentes. Por ello, es preciso que especifique claramente dicho origen y que el profesional pida en su caso la suficiente información para atender la práctica farmacéutica.

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