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Artículos farmacéuticos Complementos alimenticios Nutrición | El hierro: de la necesidad a la toxicidad (o ese desconocido por todos conocido)

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Cistina
Índice

Magda Rafecas. Doctora en Farmacia.
Catedrática de Nutrición y Bromatología.
Universidad de Barcelona.

Brevemente recordaremos las funciones del hierro

a) Desarrolla su papel principal en el transporte de oxígeno a largo plazo la hemoglobina y a corto plazo la mioglobina
b) Transferencia de electrones, como puede ser el caso de citocromo P-450, en sus diversas formas. Recordemos que las formas del citocromo P-450 involucran más de 11.000 actividades y que actúa en el metabolismo de sustancias endógenas, como ácidos orgánicos, ácidos grasos, prostaglandinas, esteroides, esteroles (incluido el colesterol) y las vitaminas A, D y K.
c) En los clústers hierro-azufre en la obtención de energía.

Una gran parte de la población presenta déficit de hierro

La falta de hierro

Mas conocidas, quizás, son las deficiencias en hierro, tradicionalmente se asocia a uñas blandas, koiloniquia (uñas estriadas y partidas), glositis (alteraciones en la lengua), queilitis (dermatitis asociada a las comisuras de los labios), cambios de humor, debilidad y alteraciones en el sistema inmunitario. La descripción de la falta de hierro se basa en la aparición de la anemia (baja concentración de hemoglobina en sangre) que se debe separar de otras anemias producidas por fólico o cobalamina, que se diferencian por características como la forma y el tamaño de los glóbulos rojos. En adolescentes la deficiencia de hierro altera la utilización de la glucosa, reduciendo la capacidad del músculo de fuerza y resistencia. En un déficit de hierro se bloquea la síntesis de colágeno y puede producirse una osteoporosis, debido a alteraciones en la formación de vitamina D activa. Similar proceso le sucede a la vitamina A y su función en el metabolismo de las prostaglandinas. En el cerebro los neurotransmisores dopaminérgicos y la síntesis de serotonina se ven disminuidos, por lo que el déficit de hierro se asocia a déficits cognitivos, especialmente asociados a las edades que tienden a tener falta de este elemento, como en el caso de los niños a partir del año, cuando se introduce el “beikost”, y los alimentos ricos en hierro biodisponible no se introducen rápidamente; y siguiendo, en edades infantiles y adolescentes, donde cabe discutir la conveniencia o no de introducir dietas veganas en edades tempranas (últimamente muy de moda), puesto que la biodisponibilidad del hierro no-hemo (de origen vegetal) es muy pobre. También es evidentemente básico controlar el hierro tanto en el periodo de embarazo o en el postparto. A ello cabe añadir que en todo el período fértil de la mujer se pueden producir estados de déficit de hierro.

En una gran parte de la población mundial se sabe que existe, hoy en día, un déficit de hierro, lo que se asociaría a alteraciones en el sistema cognitivo (falta de capacidad de aprendizaje en matemáticas por ejemplo, o poca puntuación en test de conocimientos), a nivel muscular y debilidad en general.

El exceso de hierro

Por causas como transfusiones de sangre o un consumo inadecuado de complementos alimenticios a base de hierro, podemos tener un exceso de hierro que conduce a la hemocromatosis. La hemocromatosis puede ser hereditaria o α-thalassemia, o adquirida o β-thalassemia, por los mecanismos que hemos comentado anteriormente. Estos casos de la thalassemia, thalassemia mayor o β-thalassemia, afecta en España especialmente a la población mediterránea, destacándose en la población menorquina. En la hemocromatosis, cuando es diagnosticada clínicamente, los valores se consideran superiores a los presentados en la tabla 1.

TABLA 1. VALORES CONSIDERADOS ADECUADOS PARA EL HIERRO

Ferritina (mujeres) 20-200 ng/ml
Ferritina (hombres) 20-300 ng/ml
Índice de saturación de transferrina 20-50%
Transferrina sérica 204-360 ng/dl

También y visualmente se puede considerar que un paciente puede padecer hemocromatosis por su aspecto físico, ya que concentraciones elevadas de hierro conllevan unas extremidades de color bronce, que evidencia la acumulación de hierro, así y coloquialmente, en verano se pueden observar a las personas que padecen hemocromatosis con unas piernas que poseen un color bronce (de media pierna para abajo) o con unas manos extremadamente bronceadas, que contrariamente a lo que pudiésemos pensar no es debido a tomar el sol, sino a un acúmulo de hierro.

La hemocromatosis hereditaria se presenta en el nacimiento. No obstante, la mayoría de las personas no tienen signos ni síntomas hasta una edad más avanzada, por lo general entre los 50 y 60 años en el caso de los hombres y después de los 60 años en el caso de las mujeres. Son ellas las que tienen más probabilidades de presentar síntomas tras de la menopausia, cuando ya no pierden hierro por la menstruación y el embarazo.

Algunas personas con hemocromatosis hereditaria nunca presentan síntomas. Los signos y síntomas tempranos suelen coincidir con los de otras afecciones frecuentes. Los síntomas suelen ser (tabla 2).

TABLA 2. SÍNTOMAS DE LA HEMOCROMATOSIS

Tempranos Posteriores
Dolor articular
Dolor abdominal
Fatiga
Debilidad
Diabetes
Pérdida del deseo sexual
Impotencia
Insuficiencia cardíaca
Insuficiencia hepática

La hemocromatosis depende del metabolismo de hierro hepático y este metabolismo depende de una hormona, la hepcidina, que regula la entrada a la circulación sanguínea del hierro en los mamíferos. En la hemocromatosis la hepcidina es extremadamente baja, lo que hace que el hierro no salga a la circulación y quede depositado en el hígado. En el caso de padecer hemocromatosis, estas son algunas de las pautas que debe aconsejar el farmacéutico:

• Evitar los complementos de hierro y los complejos multivitamínicos que contienen hierro. Estos pueden aumentar aún más el nivel de hierro.
• Evitar los suplementos de vitamina C. La vitamina C aumenta la absorción del hierro. Sin embargo, habitualmente no es necesario limitar la vitamina C en la dieta.
• Evitar el alcohol. El alcohol aumenta considerablemente el riesgo de daño en el hígado en las personas con hemocromatosis hereditaria. Si se sufre de hemocromatosis hereditaria y ya existe una enfermedad hepática, evitar el alcohol por completo.
• Evitar comer pescado y mariscos crudos. Las personas con hemocromatosis hereditaria tienden a contraer infecciones, en especial, aquellas causadas por determinadas bacterias del pescado y los mariscos crudos.

El hierro equilibrado

Según la EFSA (EFSA Journal 2015;13(10):4254), los valores del PRI (“Population Reference Intakes”)*, así serían los valores de hierro, que podríamos entender como recomendaciones (tabla 3).

TABLA 3. VALORES PRI PARA EL HIERRO

EDAD PRI mg/día
7-11 meses 11
1-6 años 7
7-11 años 11
Hombres 12-17 años 11
Mujeres 12-17 años 13
Hombres >18 años 11
Mujeres >18 años
Pre-menopáusicas
Post-menopáusicas

16
11

Absorción del hierro

El Fe está en los alimentos en dos formas, la forma hemo, de origen animal, y la forma no-hemo, de origen vegetal. Por ello, como se observa a continuación:

• En los alimentos de origen animal está como hierro hemo, mayoritariamente en forma de hemoglobina y mioglobina.
• En los alimentos de origen vegetal está como hierro no-hemo.
• El hierro hemo es el que se absorbe mejor por lo que es preferible tomar carne o productos derivados de la sangre. Además la carne favorece la absorción del hierro no-hemo, debido al factor MPF (Meat Protein Factor).
• La vitamina C aumenta la absorción de hierro, puesto que reduce el Fe III a Fe II, que es la mejor forma de absorción, ya que llega rápidamente a la BBM (Brush Border Membrane), donde se vuelve a oxidar a Fe III, se une a la ferritina y después a la transferrina (que transporta el Fe al músculo y demás órganos target.

Sales en complementos de hierro

Siguiendo las pautas anteriormente citadas podemos encontrar al hierro en forma de sales ferrosas (Fe-II) y sales férricas (Fe-III).

De esta manera en los complementos y en los alimentos enriquecidos con hierro, podemos añadir una amplia variedad de sales de hierro: bisglicinato ferroso (Fe-II), carbonato ferroso, citrato ferroso, citrato amoniacal férrico (Fe-III), gluconato ferroso, fumarato ferroso, fosfato férrico sódico, lactato ferroso, sulfato ferroso, fosfato ferroso amónico, sacarato férrico y hierro elemental; mientras que el taurato ferroso, fosfato ferroso y el L-pidolato ferroso sólo se pueden añadir a los complementos alimenticios. También pensar que en los alimentos infantiles está perfectamente regulado que tipo de sales de hierro se pueden añadir, ya que poseen una directiva aparte.

Con todo lo expuesto anteriormente se hace evidente la problemática asociada a la ingesta de hierro y especialmente en los complementos alimenticios. Como herramienta básica para el farmacéutico, tener en cuenta que las sales inorgánicas (empezando por los óxidos, sulfatos o fosfatos) son muy poco biodisponibles, mientras que las formas orgánicas (citratos, fumaratos o bisglicinatos) lo son muchísimo.

Otro problema añadido es la competición por los transportadores intestinales de los metales divalentes, así el hierro, calcio, magnesio y zinc compiten por los mismos transportadores, por lo que un exceso de calcio puede provocar que el hierro y demás iones divalentes no se absorban, al igual que pongamos, por ejemplo, un consumo elevado de magnesio, provocará que no se absorban los otros iones divalentes. Es un reto para el farmacéutico aconsejar cuales son las mejores fórmulas a escoger para mantener una buena salud.

(*) Se deja la versión en inglés puesto que aun habiendo asociaciones que la traducen, no existe en España una traducción única (cuestión que depende de la AESAN y del Ministerio de Sanidad).

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