Tradicionalmente pasaría por el control de la ingesta calórica, siendo ésta equilibrada entre sus nutrientes, aunque debemos recordar que por debajo de una ingesta de 1.200 kcal. es necesario un aporte paralelo de vitaminas y minerales, puesto que con esta restricción calórica no se consiguen aportar todos los nutrientes al organismo. Sin embargo, aparte de este enfoque restrictivo, el consumo de determinados nutrientes, micronutrientes y diversos tipos de compuestos biológicamente activos, contribuyen de manera clara a conseguir disminuir el sobrepeso y la obesidad.
Un reequilibrio entre determinados nutrientes, especialmente proteínas e hidratos de carbono, permiten una disminución de peso; son las denominadas dietas altas en proteínas y bajas en hidratos de carbono. Este método se ha utilizado ampliamente y con buenos resultados en los últimos años. Este tipo de dietas utilizan lo que se denomina el efecto termogénico de los alimentos (TEFs) para gastar las calorías que se ingieren, así una ingesta elevada de proteínas, y debido a que los procesos metabólicos involucrados en su utilización, requieren de consumo elevado de energía, es decir, gasta más energía que la utilización de hidratos de carbono o grasas. Sin embargo, debemos recordar que este tipo de dietas deben de estar controladas por un profesional sanitario, ya que el organismo entra en cetosis, puesto que quema proteínas en lugar de glucosa para la obtención de energía, y la cetosis puede provocar problemas de salud, como sería el caso de alteraciones a nivel renal. Dado este problema, como mínimo y para prevenir la cetosis, se deberían tomar unos 100 gramos de hidratos de carbono al día.
Las vitaminas del grupo B son imprescindibles, ya que participan en las rutas metabólicas de obtención de energía (la bioenergética) y su déficit impide quemar calorías. También imprescindible en el control de peso corporal es la vitamina C, ya que aparte de otras funciones conocidas, como la síntesis de colágeno y de neurotransmisores, resulta imprescindible en la síntesis de la L-carnitina, compuesto que primariamente se sintetiza en el hígado y riñones, y después es transportado a aquellos tejidos que utilizan las grasas como fuente principal de energía.
Por ello y desde un tiempo a esta parte se viene prestando mucha atención a los denominados “quemadores de grasa”. En principio se trata de suplementos nutricionales que contienen diversos compuestos, desde el más arriba comentado, la L-carnitina y también el ácido cítrico, pasando por el té verde o el CLA (ácido linoleico conjugado) y terminando con diversos extractos de plantas. Datos procedentes de USA demuestran que un 28% de mujeres jóvenes con problemas de sobrepeso u obesidad adquieren sistemáticamente este tipo de complementos, por ello y de cara al paciente es necesario que el farmacéutico conozca sus mecanismos de acción, las evidencias científicas y la eficacia, seguridad y calidad intrínseca de estos complementos alimenticios. Debemos, también, añadir que bajo el término de “quemadores de grasa” o “fat burners” se agrupan, como hemos visto, compuestos que actúan en las rutas metabólicas relacionadas con la oxidación, de ahí el nombre de “quemadores”, de los ácidos grasos, y consecuentemente aumentando la producción de la energía en el organismo. Repasaremos a continuación algunos de los más utilizados.
Bajo el nombre genérico de “carnitina” se incluye a la propia L-carnitina (aminoácido) y también a sus esteres, la acetil L-carnitina y la propionil L-carnitina. Este aminoácido desarrolla un papel fundamental en la obtención de energía a partir de los ácidos grasos. La carnitina transporta los ácidos grasos de cadena larga al interior de la mitocondria para que ésta los utilice en la obtención de energía. Por ácidos grasos de cadena larga, nos referimos, aquí, a los ácidos grasos más abundantes en los alimentos, que son aquellos entre 12 y 18 átomos de carbono, puesto que los ácidos grasos de cadena más corta entran directamente en la mitocondria sin necesidad de carnitina, mientras que los de cadenas superiores necesitan de una peroxidación inicial y rotura de la cadena carboxílica para poder ser utilizados por la misma. Al mismo tiempo, la carnitina transporta del interior al exterior posibles elementos tóxicos generados en la propia mitocondria. Dada la función que acabamos de describir, la carnitina se concentra especialmente en aquellos tejidos que utilizan los ácidos grasos como fuente de energía, como son el músculo esquelético y el músculo cardíaco. En principio el organismo sintetiza la suficiente carnitina para realizar la función descrita anteriormente, sin embargo, y por razones diversas, el enlentecimiento de las rutas metabólicas hace que el organismo no disponga de la suficiente cantidad de este elemento, por lo que se recomendaría un complemento alimenticio que contuviera carnitina en su composición.
Otro compuesto utilizado bajo el epígrafe de “fat burn” es el ácido hidroxicítrico derivado de una fruta tropical, el tamarindo (Garcinia cambogia), nativo de la India. El ácido hidroxicítrico inhibe la enzima mitocondrial citrato liasa, lo que produce una disminución de la producción y síntesis del acetil CoA, lo cual a su vez conduce a una disminución de la síntesis y producción de los ácidos grasos; sin embargo los estudios científicos son contradictorios en cuanto a su eficacia en la disminución de grasa. Por ello, así mismo, se consideran alimentos “quemadores de grasa” aquellos que contienen elevadas cantidades de ácido cítrico.
Existen otros compuestos bioactivos que están involucrados en las rutas metabólicas de obtención de energía; este es el caso del Coenzima Q10. El coenzima Q10 se asocia directamente a la bioenergética, puesto que es un cofactor clave en la mitocondria para la obtención de ATP, por ello su presencia ayuda al sistema mitocondrial a mantener una velocidad óptima, con lo cual se halla en su ingesta un medio para el control del peso corporal.
Finalmente, en este grupo de “quemadores de grasas”, encontraríamos también al CLA (ácido linoleico conjugado). Recordemos que el CLA es una mezcla de isómeros del ácido linoleico conjugado y que su efecto termogénico está relacionado con la pureza y calidad de dichos isómeros, en particular el 10-trans, 12-cis y el 12-cis, 11-trans octadecanoico. Los mecanismos que subyacen a su actuación no están todavía muy claros, aunque de los estudios realizados se desprende que actúa sobre la proliferación/diferenciación de los adipocitos, aumentando la lipólisis y la oxidación de los ácidos grasos e incrementando por otro lado el gasto energético.
Junto a estos nutrientes, que usualmente y como se ha comentado participan en la activación de las rutas metabólicas bioenergéticas, encontramos diversos tipos de fibras alimentarias, que actuarían bloqueando selectivamente la absorción de grasas. Es este sentido muchos estudios sugieren que el consumo de algunos tipos de fibra están inversamente relacionados con el peso y la grasa corporal. En el caso de la sustitución de otros nutrientes por fibra alimentaria, supone una reducción de la densidad energética de los alimentos de manera que a un mismo peso de alimento consumido se ingiere una menor cantidad de fibra. Además contribuye a aumentar la sensación de saciedad al retener agua y provocar una distensión estomacal. Uno de los efectos más estudiados de algunos tipo de fibra alimentaria consiste en su capacidad de disminuir la digestibilidad y/o absorción de otros nutrientes. Este efecto se atribuye principalmente a fibras viscosas por su capacidad de atrapar en su matriz los diversos nutrientes, y en otros casos la denominada capacidad fat-binding (ligantes de grasa) de algunas estructuras de fibras alimentarias. Entre las fibras que poseen estos efectos, encontramos la goma-guar, que disminuye la absorción de grasas, reduciendo los niveles lipídicos post-prandiales. Otro grupo sería los almidones resistentes a la digestión, que contienen dextrinas y maltodextrinas, que disminuirían la glucosa y los lípidos en sangre después de las comidas. Otro compuesto ampliamente utilizado en las dietas de control de peso es el quitosano, que deriva de la quitina, un polisacárido estructural que forma parte del exoesqueleto de invertebrados, crustáceos e insectos, así como de algunos hongos y levaduras. El quitosano posee propiedades hipolipidémicas ya que evita la absorción de grasas por parte del organismo mediante un mecanismo de adsorción de la grasa a la matriz del quitosano. También y últimamente se está trabajando con los β-glucanos; son polisacáridos que naturalmente se encuentran en la avena, cebada y algunos hongos y levaduras, que aparte de estar relacionados con el control de glucosa en plasma (diabetes), y sistema inmunitario, reducen la absorción de lípidos y es eficaz en el control del colesterol; se utilizan, asimismo, en el control del peso corporal.
Al igual que existen bloqueadores de la absorción de grasas, existen los bloqueadores de la absorción de los hidratos de carbono. Uno de los compuestos bioactivos más conocidos es la faseolamina, obtenido de las alubias, usualmente los bloqueadores de la absorción de los hidratos de carbono actúan sobre la enzima α-amilasa, lo que hace que esta enzima no pueda romper la cadena de los hidratos de carbono, y por tanto, que el organismo no pueda absorberlos en forma de monosacáridos, que es la forma en que se absorben los hidratos de carbono.
Dada la amplia variedad de complementos alimenticios que existen, entendemos que el farmacéutico debería aconsejar correctamente cual sería la mejor opción para cada caso presentado. •
Magda Rafecas
Farmacéutica
Los españoles confían menos en los
El ranking de laboratorios está liderado por Omega Pharma a pesar de que ha sufrido un importante descenso de ventas durante el último año: -19% en unidades –que se traduce en un 6,1% de cuota de mercado en volumen- y -12% en valor, aunque se alza con un 17,3% de la cuota total del mercado. Arkopharma se sitúa en segunda posición con un 16,8% y un 14% en volumen y valor respectivamente, y mejora sus resultados un 1,1% y un 7,6%. Nutricion Center también sufre un acusado descenso (-12,1% en unidades vendidas y -15,9% en facturación), aunque logra la tercera posición gracias al 11,2% de fármacos despachados y el 11,5% en facturación. Cierran el top 5 Zambón, con el 8,3% de cuota en volumen y el 6,5% en valor, y Cofares, con valores cercanos al 5,5% tanto en producto vendido como en facturación.•
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