De la misma forma que las personas padecemos problemas o trastornos de tipo psicológico, también las mascotas, a su manera, pueden padecer alteraciones similares que requieren terapias tanto conductuales como farmacológicas.
Cabe destacar que hay veterinarios especializados en problemas de comportamiento (etólogos): son especialistas en diagnosticar y tratar este tipo de conductas inadecuadas, que muchas veces requieren un gran esfuerzo, constancia y compromiso por parte del propietario para ser solucionados.
Los problemas de comportamiento o alteraciones conductuales tienen una gran importancia en las clínicas veterinarias. A menudo, el comportamiento de los animales de compañía provoca malestar a sus propietarios, que acuden a la clínica para encontrar soluciones.
Los comportamientos indeseados a menudo necesitan tratamiento, tanto a nivel de manejo como a nivel farmacológico.
También se puede dar la situación inversa, es decir, que el veterinario aprecie ciertos problemas comportamentales (miedo, nerviosismo, agresividad…) al tratar animales en la consulta, y pueda plantear al propietario la necesidad de tratar dichos desequilibrios, ofreciendo servicios para poder corregirlos.
Alteraciones más habituales en el gato
El principal problema comportamental por el que un propietario acude a un centro veterinario en el caso del gato es la eliminación inadecuada, cuando el gato orina y/o defeca fuera de los lugares asignados para ello (areneros). En la mayoría de casos, el causante de este problema es el estrés.
Otro de los problemas más frecuentes es la agresividad, aunque muchas veces pasa desapercibido al ‘obviar’ al gato, ya que si no se le molesta, difícilmente llega a mostrar signos de agresividad. La mayor parte de los casos de agresividad que vemos en la clínica son los de agresividad dirigida a otros gatos (nuevos miembros, gatos vagabundos, gatos enfermos…)
En ambos casos, los protocolos terapéuticos se basan en los siguientes puntos:
1. Modificación de pautas ambientales. Es la base en la que sustenta la terapia para el estrés de los gatos.
2. Feromonas. Se ha evidenciado que la feromona facial fracción f3 tiene gran impacto sobre el comportamiento del gato, especialmente en situaciones de estrés.
3. Fármacos. En general se utilizan ansiolíticos en casos graves de alteración de conducta, o en casos en los que las dos medidas anteriores no surgen el efecto deseado.
4. Otros productos que se suelen utilizarse son nutracéuticos y piensos que incorporan substancias que pueden ayudar a relajar al animal, aunque su efecto todavía no está suficientemente demostrado.
Alteraciones más habituales en el perro
El principal problema de conducta con el que la mayoría de veterinarios se enfrentan habitualmente en su clínica veterinaria es la ansiedad por separación. Se trata de un problema muy frecuente que se encuentran los propietarios de perros que no toleran quedarse solos en su hogar. Cuando están solos toman comportamientos como: orinarse, defecarse, destrucción de mobiliario, ladrido excesivo… Para solucionarlo, el principal elemento terapéutico es la aplicación de pautas para modificar el comportamiento. En caso de que éste método no sea suficiente, son habituales el uso de drogas ansiolíticas (como el anafranilo o la clomipramina) combinados con las pautas. También se utilizan juguetes distractores, feromonas y nutracéuticos que ayuden a tranquilizar al animal.
La segunda de las causas de visita comportamental al veterinario es la agresividad, ya sea ante personas de la familia o no, o a perros conocidos o no. Las principales causas de agresividad son el miedo, la jerarquía, la territorialidad, la falta de sensibilización cuando eran cachorros o ciertas patologías médicas. Como en el primer caso, la principal herramienta que tenemos es la aplicación de pautas de modificación de conducta. En la mayoría de casos puede estar recomendada la castración en los machos (pero no en las hembras, ya que la esterilización podría aumentar el problema). También se usa la fluoxetina como droga principal para la corrección de problemas de agresividad, así como los ansiolíticos (anafranilo y clomipramina). Como coadyuvantes también se utilizan feromonas, nutracéuticos y piensos específicos.
Otro problema habitual es la eliminación inadecuada (no relacionada con la ansiedad por separación) en la que la principal estrategia de corrección es la aplicación de pautas de reeducación, llegando a la castración si éstas no resultan suficientes.
Otro frecuente motivo de consulta es el ladrido excesivo, que se ayuda a corregir con pautas comportamentales y el uso de los llamados “collares de castigo”. En este sentido, se recomienda el uso de collares de citronella antes que los de descarga eléctrica (están éticamente mal vistos, pudiendo llegar a considerarse maltrato animal).
Con la edad, asimismo, suelen aparecer problemas comportamentales como la disfunción cognitiva, una degeneración de las capacidades cerebrales de los animales de edad avanzada. La solución de estos problemas es complicada, y la mejora de los síntomas suele asociarse a la administración de fármacos que mejoran la perfusión cerebral, y a la modificación en las pautas de comportamiento intentando llevar al animal a un estado de monotonía que no altere en exceso su entorno.
Finalmente y con una frecuencia bastante menor, encontramos las estereotipias, movimientos repetitivos generalmente causados por el aburrimiento o el estrés. Lo ideal es tratarlas con cambios ambientales y, en algunos casos, con la utilización de ansiolíticos.
Medicamentos relacionados con las alteraciones del comportamiento de las mascotas
Como se ha descrito anteriormente, existen diferentes terapias para abordar los problemas de comportamiento. Los principales productos estarían agrupados según las siguientes categorías:
Feromonas
Cada vez hay más productos en esta categoría. Aumenta la concienciación de los propietarios por el control del estrés y del sufrimiento de sus mascotas. El uso cada vez más frecuente de feromonas en gatos probablemente es debido a su alto nivel de eficacia. Existen preparados con formulaciones diferentes y métodos de aplicación diversos en función de la causa del estrés. Los productos a base de feromonas también se utilizan en perros, aunque el beneficio percibido no es tan evidente como en el caso de los gatos. Por ello, en perros suelen administrarse más fármacos tranquilizantes.
Nutracéuticos
Los preparados nutracéuticos se utilizan cada vez con más frecuencia, fruto de la creciente confianza de la sociedad en los recursos de origen natural. El hecho de utilizar un producto que tranquilice a la mascota y no la deje “narcotizada” se valora de forma muy positiva. Continuamente aparecen nuevos productos en esta categoría y se espera que siga creciendo en el futuro.
Tranquilizantes
Este segmento estaría en un valor de unos 0,5 Mio € a PVP. El uso de fármacos más potentes que feromonas y nutracéuticos para controlar situaciones de estrés (relacionadas con el ruido) aumenta de forma constante: el crecimiento del año 2017 respecto del año anterior se situó en un 10%.
El control del stress en las mascotas
Se trata de una categoría con una considerable facturación: 5,7 Mio € a PVP, y en franco crecimiento (18%), ya se trate de productos de prescripción facultativa (productos con acción sobre SNC) como de consejo profesional (nutracéuticos). Atención especial merecen las feromonas, tanto por facturación como por evolución.
Las marcas preponderantes en cada segmento son:
Feromonas
• ADAPTIL (Ceva)
• FELIWAY (Ceva)
Nutracéuticos
• CALMEX (VetPlus)
• KALMAID (Calier)
• ZYLKENE (Vetoquinol)
• CALMATONINE (Pharmadiet)
Fármacos con acción específica sobre SNC
• Medetomidina (sedante): SILEO (Ecuphar)
• Clomipramina (para trastornos compulsivos o relacionados con la ansiedad): CLOMICALM (Elanco).
En resumen, nos encontramos ante un mercado de considerable volumen económico, cuyas magnitudes no deberían ser ignoradas por ningún profesional de la salud.
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