La problemática sobre cómo abordar el manejo de la hipercolesterolemia presenta asimismo aspectos importantes y principales.
La hipercolesterolemia es un problema de salud cuyas complicaciones aterotrombóticas generan una gran morbimortalidad. En base a ello, se han publicado una gran cantidad de recomendaciones y guías de tratamiento. Las dos últimas pertenecen a las Sociedades de Cardiología Europea (Perk et al. Eur Heart J. 2012;33:1635-701) y de EE.UU (Stone et al. Circulation. 2014;129(25(Suppl 2):S1-S45). España ha publicado sus comentarios de adaptación a la guía europea para elaborar sus medidas de prevención cardiovascular (Royo-Bordonada et al. Rev Esp Salud Pública. 2013;87:103-20). Todas ellas coinciden en lo principal, pero hay muchas cosas importantes en las que difieren. España ha publicado un documento analizando ambas guías, (Lobos-Bejarano et al. Rev Esp Cardiol. 2014;67:913-9), tratando de separar lo principal de lo importante. Los aspectos principales son:
- El factor de riesgo principal es el LDL colesterol (LDLc), por lo que todos los esfuerzos deben estar orientados hacia su reducción.
- Hay que estratificar el riesgo total de enfermedad cardiovascular para decidir el inicio del tratamiento hipolipemiante, siendo el estilo de vida saludable la piedra angular.
- La estimación del riesgo se efectuará mediante las tablas SCORE.
- En individuos de riesgo moderado, existen factores importantes que es preciso determinar, como historia familiar, PCR de alta sensibilidad, fibrinógeno, etc.; el objetivo es de LDLc <115 mg/dL.
- En individuos de riesgo alto se considera opcional una reducción al 50% del valor basal si no se alcanza el objetivo terapéutico de LDLc <70 mg/d.
- En prevención primaria y pacientes con LDLc >190 mg/dL, la europea indica un objetivo de LDLc <100 mg/dL añadiendo un segundo fármaco (fibratos, ezetimiba, resinas) si no se alcanza con una estatina.
- En prevención secundaria, el objetivo es de LDLc <70 mg/dL o reducción del 50% del valor basal.
- Si hay diabetes junto con otros factores de riesgo, el objetivo será más agresivo (LDLc <70 mg/dL); si hay diabetes pero el riesgo es bajo, el objetivo será inferior (<100 mg/dL). •
Ea coronariopatía es una de las principales causas de muerte en el mundo; este problema de salud puede reducirse controlando los niveles de LDL colesterol (LDLc); una forma de conseguirlo es mediante una dieta adecuada. La proteína de soja ha mostrado ser un reductor de LDLc, de modo que hace ya años que la FDA indica que la ingesta diaria de 25 g de proteína de soja reduce el riesgo de coronariopatía, si bien estudios posteriores la otorgan menor importancia y más recientemente han aparecido estudios con resultados contradictorios; así las autoridades sanitarias europeas han rechazado respaldar la indicación señalada, alegando falta de pruebas. Por último, recientes estudios canadienses muestran que la proteína de soja reduce notablemente el LDLc. No obstante, el problema radica en la falta de conocimiento de qué sustancia es la responsable de dicho descenso, por lo que se precisa evaluar este efecto sobre diferentes matrices alimentarias. Por todo ello, unos investigadores canadienses han realizado un ensayo clínico para estimar la relación dosis-respuesta de la harina de soja desengrasada, incorporada en productos de bollería (magdalenas), sobre los niveles de LDLc en pacientes sanos con hipercolesterolemia. La población estudiada presentaba un elevado nivel de LDLc (≥3,0 y ≤5,0 mmol/L) y no tomaba tratamiento alguno, y fue estratificada en 3 categorías de LDLc (bajo, medio y alto) y asignados aleatoriamente a un grupo con ingesta de soja alta (25 g/día de proteína de soja) (n: 82) o baja (12,5 g de proteína de soja) y 12,5 g de proteína de suero de leche, o a uno de control, con 25 g de proteína de suero de leche (n: 81). La variable principal fue el nivel de LDLc a las 6 semanas. Los resultados mostraron que ni los grupos de alta ingesta de soja ni los de baja ingesta mostraron una reducción significativa del LDLc comparados con el grupo control, con valores medios de -0,04 mmol/L (ES: 0,05) en el grupo de control, de +0,01 mmol/L (ES: 0,05) en el de ingesta alta de soja, y de -0,04 mmol/L (ES: 0,06) en el grupo de ingesta baja. Asimismo, tampoco se observaron diferencias respecto del colesterol total, HDL colesterol, ratio colesterol total/HDLc, triglicéridos, glucosa, insulina, presión arterial, etc. Los autores concluyen que la ingesta diaria de 12,5 o 25 g diarios de proteína de soja, incorporada en magdalenas, no se asocia con ninguna reducción de los niveles de LDL colesterol en individuos sanos que presentan una concentración plasmática elevada de LDL colesterol.• Padhi E, Blewett H, Duncan A, Guzman R, Hawke A, Seetheraman K et al. Whole Soy Flour Incorporated into a Muffin and Consumed at 2 Doses of Soy Protein Does Not Lower LDL Cholesterol in a Randomized, Double-Blind Controlled Trial of Hypercholesterolemic Adults. J Nutr. 2015 Oct 7. pii: jn219873. [Epub ahead of print]. |
Eficacia de suplementos de ácidos omega 3 en pacientes hemodializados
En los pacientes en hemodiálisis se observa que la causa de muerte más importante es la enfermedad cardiovascular, y que ésta está muy relacionada con la existencia de arterioesclerosis coronaria. Asimismo, se considera que un factor independiente de riesgo es la concentración elevada de lípidos en sangre, por lo que la administración de agentes que reduzcan dichos niveles mejorará la incidencia de la patología. Entre éstos se hallan los ácido omega 3, pero no hay estudios que demuestren que los suplementos con ellos mejoren el perfil lipídico en pacientes hemodializados. Para ello, unos investigadores iraníes han estudiado la eficacia que dichos compuestos presentan sobre los lípidos séricos en sujetos en hemodiálisis. El estudio se efectuó mediante un ensayo clínico aleatorizado y controlado por placebo, en donde durante 10 semanas se siguió a 2 grupos de pacientes: el de intervención, con 1 g diario de ácidos omega 3 (n: 30), y el de control, con vitamina E como placebo (n: 30).
A las 10 semanas, el grupo de intervención redujo significativamente (p<0,05) su nivel de colesterol (de 163 mg/dL a 124 mg/dL) respecto del control (de 143 mg/dL a 132 mg/dL). Respecto de otras variables que definen un perfil lipídico, como HDL colesterol (intervención: de 30 a 32 mg/dL; control: de 32 a 38 mg/dL; p: 0,93), LDL colesterol (intervención: de 104 a 106 mg/dL; control: de 106 a 100 mg/dL; p: 0,14) o triglicéridos (intervención: de 182 a 161 mg/dL; control: de 165 a 126 mg/dL; p: 0,94), no se observó una diferencia significativa entre los grupos de intervención y control después de las 10 semanas de tratamiento.
Los autores concluyen que este estudio no permite demostrar que los suplementos con ácidos omega 3 puedan mejorar el perfil lipídico de los pacientes en hemodiálisis, mostrando sólo una reducción en el colesterol total pero no sobre otros lípidos.•
Omrani H, Pasdar Y, Raisi D, Najafi F, Esfandiari A. The effect of omega-3 on serum lipid profile in hemodialysis patients. J Renal Inj Prev. 2015;4(3):68-72.
Ángel Sanz Granda
Pharm. D. Consultor científico
angel.s.granda@terra.com
www.e-faeco.8m.net
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