Las investigaciones indican que en un microbioma vaginal saludable, predominan especies de Lactobacilos que producen ácido láctico y H2O2 que ayudan a disminuir el pH evitando la proliferación de otros patógenos. “Hay datos que muestran como la menor presencia de lactobacilos y una mayor diversidad de otras especies, dificulta la gestación espontánea y reduce las tasas en reproducción asistida. Además, se sabe que a lo largo de un tratamiento de reproducción asistida, igual que fluctúan las hormonas también lo hacen la microbiota vaginal y endometrial, y de hecho esto se correlaciona con la probabilidad de embarazo” asegura el Dr. Juan Antonio García Velasco, ginecólogo, Co-Director del IVI Madrid y Catedrático de ginecología y obstetricia de la U. Rey Juan Carlos.
La disbiosis vaginal o alteración de la microbiota vaginal, da lugar a enfermedades como la vaginosis bacteriana, la candidiasis y las infecciones del tracto urinario inferior. Pero además, “se asocia con complicaciones en el embarazo, sobre todo parto prematuro, y recientemente se ha demostrado que se asocia también con dificultades para tener hijos”, indica el experto. “En casos de disbiosis, las mujeres que realizan tratamientos de reproducción asistida tienen menos probabilidad de quedarse embarazadas y mayor riesgo de aborto”, y aunque se trata de trabajos preliminares que animan a la realización de estudios más extensos “es razonable especular que la modificación del microbioma de la vagina y del endometrio hacia un entorno más saludable, facilite que las pacientes puedan optimizar sus resultados de los tratamientos de reproducción asistida” concluye el doctor.
El Dr. García Velasco es además coautor de un estudio que ha sido “el primero en comprobar cómo la microbiota vaginal no sólo varía a lo largo de un ciclo de fecundación in vitro, sino que, administrando durante una media de 10-12 días este probiótico vaginal, somos capaces de demostrar que se enriquece en Lactobacillus rhamnosus, uno de los tipos de Lactobacilo más importantes para una microbiota saludable y que se asocia con buen pronóstico reproductivo. Esto abre las puertas a un nuevo enfoque terapéutico en mujeres que realizan tratamientos de reproducción asistida, donde muchas veces no tenemos una explicación al por qué no ha ido bien”, comenta el doctor.
Feb-rin®, se presenta en cajas de 14 cápsulas vaginales con aplicador para la administración de una cápsula, pudiendo administrarse una cápsula diaria durante 14 días, preferiblemente antes de acostarse. Lactobacillus rhamnosus CECT 8800 100 mg, no necesita conservación en frío.
Las investigaciones indican que la EOC altera la microbiota reduciendo la cantidad de Lactobacilos en las pacientes. Feb-rin®, en comparación con el grupo placebo, incrementa significativamente la presencia de Lactobacillus al final de la estimulación, ayudando al microbioma vaginal a desplazar hacia vaginotipos más saludables.
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