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Mucho se ha hablado de la cronofarmacología, o rama de la farmacología que estudia la actividad de los fármacos en relación con los ritmos biológicos, como el ciclo celular, las variaciones circadianas, el ciclo sueño-vigilia, etc. En definitiva, estudia la influencia del tiempo de la administración de los fármacos en los ritmos biológicos. De aquí deriva la cronoterapia, la cual trata de optimizar los tratamientos farmacológicos en función del reloj biológico para maximizar los resultados de salud. En el caso de la patología cardiovascular, estos aspectos cobran una gran importancia pues se trata de conjugar el máximo beneficio con la mínima complejidad horaria de los tratamientos. En el reciente Congreso Argentino de Cardiología (18-20 octubre, 2018) se ha planteado este tema repasando la evidencia disponible sobre los tratamientos farmacológicos en cardiología.

Es conocido que la incidencia del infarto de miocardio es mayor en la mañana que en la tarde. Además, la observación de hipertensión nocturna (≥120-70 mmHg) se asocia también con lesiones en órganos diana. Por todo ello, algunos proponen controlar la presión arterial nocturna, administrando los fármacos antihipertensivos por la noche si la vida media es inferior a 24 horas, como el caso de enalaprilo; si dicho parámetro es de 24 horas o superior, la administración es indistinta por la mañana o por la noche.

Por las mañanas se observa un incremento de la agregación plaquetaria, explicando la mayor incidencia de eventos en este tiempo. Un antiagregante como la aspirina tarda entre 3,5 y 4 horas en alcanzar la concentración máxima e iniciar el efecto antiagregante, por lo que si se administra por la mañana, no se lograría un efecto máximo en el momento de mayor riesgo. Pero si es administrado por la noche se puede alcanzar una máxima antiagregación plaquetaria en el momento de máximo riesgo. En el caso de clopidogrel, que interfiere la formación de plaquetas, el efecto máximo no es inmediato pero, una vez alcanzado, es estable por lo que el momento de su administración es indiferente.

 

 

Respecto de las estatinas, inhibidores de la enzima HGM-CoA reductasa, se sabe que hay un ritmo circadiano de la actividad de la enzima, por lo que la biosíntesis del colesterol es mayor a la mitad de la noche. Por ello deben ser administradas por la noche para alcanzar su  máxima concentración en el tiempo oportuno. Asimismo, este argumento es válido si la vida media es inferior a 24 horas (como con lovastatina, pravastatina) pero indiferente si aquella es superior a 24 horas, como con atorvastatina.

En definitiva, hay que conjugar adecuadamente los horarios de la administración de los fármacos, para obtener los máximos resultados de salud, con la complejidad de las posologías, especialmente en pacientes mayores polimedicados, que podría reducir la adherencia a los mismos, reduciendo aquellos beneficios.

Loewy M. ¿Cuál es el mejor horario para tomar la medicación cardiovascular? Medscape, 12 de noviembre de 2018. Disponible en: https://espanol.medscape.com/verarticulo/5903368?nlid=125953_4042&src=WNL_ esmdpls_181112_mscpedit_gen&uac=11951SN&impid=1798569&faf=1.

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Halley
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