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Formulación Magistral Varios | Hágase según arte. Épocas de cambio

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Cierto es que estamos en crisis, nadie lo duda, pero la palabra crisis lleva pareja la palabra cambio. Si esta crisis es tan profunda como parece, el cambio también será a medio y largo plazo estructuralmente profundo, y quedarán clarificados los nuevos escenarios sociales y profesionales.

 

¿Se librará nuestro entorno farmacéutico de estos cambios? Es evidente que no. Ya lo estamos viendo. Aparecerán cada vez con más frecuencia iniciativas de adaptación a los mismos y este proceso conducirá inevitablemente a una selección en el mundo farmacéutico. Es decir, el farmacéutico que no se sepa adaptar al cambiante entorno profesional que se avecina, o no lo haga con la velocidad adecuada, se extinguirá en términos profesionales.

Habrá farmacéuticos que no  piensen evolucionar porque creen que no es necesario y porque todo esto es pasajero. Habrá otros farmacéuticos que, siendo conscientes del cambio que se avecina, sientan en sus carnes la imposibilidad de esa evolución porque sencillamente  no sabrán que hacer. Habrá otros farmacéuticos que solo sabrán ver la inmediata realidad, que no es otra que la enésima vuelta de tuerca dada por la Administración, sin percibirse de que el sistema económico basado única y exclusivamente en los márgenes comerciales será inviable si no lo es ya.

¿Entonces qué hacemos?

Intentaré simplificar mi exposición eligiendo palabras sencillas y coloquiales: ¿Enfocamos nuestra Oficina de Farmacia como un negocio de suministro?, ¿cómo un negocio del conocimiento?, ¿cómo un negocio de servicios?, ¿o como un negocio profesional mezcla de los anteriores? Lo que está realmente claro es que basar la supervivencia de nuestras Oficinas de Farmacia únicamente siendo excelentes reponedores de unos medicamentos a la baja en PVP será un planteamiento que nos conducirá a la extinción.

Actualmente las Oficinas de Farmacia soportan una excesiva concentración del área de negocio del suministro de medicamentos financiado por la Administración. Que no se nos olvide que el objetivo de esta es disminuir el gasto sanitario cueste lo que cueste. Ese dicho de que el comprador siempre tiende a coste cero es apropiado para describir esta situación. Actualmente el principal cliente de las oficinas de farmacia es la Administración, y esta solo cambiará el actual sistema de retribución si ve que con ello le reporta ahorros directos y tangibles. Sólo pagará algo si con ello se ahorra algo a su vez, porque ningún gobierno va a pagar algo que le cueste más que el propio servicio que recibe.

¿Seremos todos iguales?

La Oficina de Farmacia está abocada a la diferenciación. Unas no harán nada por no saber que hacer, convirtiéndose en espectadoras de los acontecimientos. Mal pronóstico para ellas. Otras estarán tentadas a aumentar el volumen de artículos sanitarios y parafarmacia, disminuyendo precios; mal camino deontológico y práctico, pues en ese terreno de competencia por los precios ya compiten las grandes superficies que juegan con otras reglas de juego y son maestros fundadores de ese concepto.  Otras Oficinas de Farmacia intentarán implantar una Cartera de Servicios como actividades complementarias, acorde con sus posibilidades. Buen camino. Esperanzador. Pero habrá que estructurarlo y ponerlo en marcha, pues a comienzos de 2013 todavía está en muchos aspectos en la fase conceptual.

Conceptos como el seguimiento de la adherencia terapéutica en Residencias Geriátricas, el seguimiento del paciente polimedicado, de factores de riesgo cardiovascular, la detección precoz de la diabetes, la detección de la infección por VIH, el consejo nutricional, la prevención del tabaquismo como muchos otros, serán campos donde tendremos que introducirnos dentro de muy poco como servicios complementarios que ofertar en nuestras oficinas de farmacia.

¿Y las fórmulas magistrales?

Son un servicio más, pero un servicio fundamental. Ha sido, es y será un servicio básico de las Oficinas de Farmacia, al igual que lo es la adquisición, custodia, conservación y dispensación de medicamentos y productos sanitarios. Desde siempre, la elaboración de fórmulas magistrales ha estado en la primera línea de actuación profesional como un servicio remunerado y reconocido por la Administración a través de sus honorarios profesionales. Este sí que es un valor diferencial con un activo profesional muy importante.

Por ello todos los farmacéuticos que amamos y defendemos esta parcela tan genuinamente farmacéutica, tenemos que felicitarnos por no ser ninguna novedad sino un pilar indiscutible en donde se sustenta nuestra cambiante y querida profesión.

Nuestro cambio está en la mejora permanente de nuestros sistemas de trabajo y en la actualización continua de conocimientos para dar cumplimiento a la garantía de calidad que exige todo medicamento destinado a un paciente individualizado.

Este sí que es nuestro cambio. •

Rafael Puerto Cano
Presidente de la Asociación Española de Farmacéuticos Formulistas (AEFF)

 

Rafael Puerto Cano es Doctor en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid, Especialista en Farmacia Industrial y Galénica y Farmacéutico Comunitario. En total, lleva más de 30 años dedicado a la profesión farmacéutica.
Además de ser recientemente nuevo Presidente de la AEFF, actualmente ejerce como miembro de la Junta de Gobierno del COFM en calidad de Vocal de Formulación Magistral desde 2006, es integrante del Grupo Nacional de Formulación Magistral y miembro de la directiva de la International Society Pharmaceutical Compounding (ISPhc). A esto se suma su participación como docente en cursos, seminarios y conferencias en Congresos en casi todas las Comunidades Autónomas, así como en Colegios de Farmacéuticos y Médicos y en Universidades como la de Alcalá de Henares, Complutense, San Pablo CEU, Cardenal Herrera CEU o Francisco de Vitoria. •

 

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