En su informe se reflejaban las grandes mejoras que se han realizado en oncología durante las últimas décadas, y que sin duda han supuesto un cambio radical no sólo en la percepción del cáncer, sino en las posibilidades reales de supervivencia y la tasa de curación. Afortunadamente, a pesar del aumento del número de pacientes diagnosticados, la mortalidad está disminuyendo en la mayoría de tumores. Esto es debido a avances en el tratamiento, pero también a las medidas de prevención y diagnóstico precoz.
Muchos de estos enfermos se tienen que someter a procesos de quimioterapia y radioterapia con múltiples efectos secundarios, y lo hacen de la mano de un equipo multidisciplinar que les ayudan durante todo el proceso. El farmacéutico de hospital forma parte de él. “Como profesional sanitario integrado plenamente en el equipo asistencial que atiende al paciente oncológico, el farmacéutico oncológico comparte los mismos objetivos que el resto del equipo, contribuyendo principalmente a proporcionar una atención farmacéutica óptima, que redunde en resultados en salud que mejoren la calidad de vida, asegurando que el paciente reciba una farmacoterapia efectiva, segura y eficiente”, afirma Mª José Martínez Bautista, Secretaria del Grupo de Farmacia Oncológica de la SEFH (Gedefo).
Farmacia Ramón Jiménez Galán. Ávila
“En Oncología, como en cualquier otra área, la FM cumple el papel de individualizar un tratamiento para un paciente concreto, según sus características y necesidades, cuando no existe una alternativa terapéutica comercializada”, afirma esta experta. Pero además, la FM en oncología juega un papel fundamental, “adecúa pautas de tratamiento y formulaciones específicas adaptadas a las necesidades especiales de los pacientes, como por ejemplo las dosificaciones pediátricas o formulaciones líquidas para pacientes con problemas de deglución. La ventaja fundamental es poder individualizar la dosis, forma farmacéutica, vía de administración, excipientes, etc.”.
A la hora de preparar las fórmulas, “en la especialización de farmacia oncológica no contamos con un tipo de formación específica en formulación magistral. Hay que tener en cuenta que los servicios de farmacia de los hospitales españoles están superespecializados. Existen farmacéuticos dedicados exclusivamente a la formulación magistral y con una formación específica en este campo, por lo que los farmacéuticos oncológicos trabajamos estrechamente con ellos en el estudio y elaboración de fórmulas magistrales para los pacientes”, apunta Martínez Bautista.
Pero no sólo la farmacia hospitalaria puede ayudar a estos enfermos. Luis Jiménez Labaig es farmacéutico adjunto en la Farmacia Ramón Jiménez Galán de Ávila, y especialista FIR en Farmacia Hospitalaria. En su oficina de farmacia se elaboran preparados medicinales, y entre sus clientes se encuentran pacientes oncológicos. Según este farmacéutico, “la oncología es quizás una de las especialidades que más se beneficia de la formulación magistral por la elaboración de las quimioterapias a medida del paciente a nivel hospitalario, pero también es muy importante en el día a día del paciente oncológico y su seguimiento con el médico de familia, el oncólogo y el farmacéutico formulista”. En cuanto a las ventajas, además de las ya mencionadas, afirma que “mejora el cumplimiento del tratamiento y aumenta las probabilidades de éxito, y además reduce los efectos secundarios”.
Estos dos farmacéuticos afirman que el interés profesional por la FM continua vigente. Para Mª José Martínez “es un área básica de la farmacia hospitalaria que realiza una actividad esencial.La industria farmacéutica no elabora medicamentos individualizados para pacientes concretos o patologías poco frecuentes, por lo que la formulación magistral en algunos casos puede cubrir lagunas terapéuticas. En campos como la dermatología o la pediatría es imprescindible”.
Aunque sin duda estas son las especialidades que más explotan la formulación, Luis Jiménez cree que se irá ampliando el abanico: “Cada día recibimos más prescripciones de áreas tan diversas como la nefrología, la podología o la ginecología, e incluso la veterinaria, grandes retos para el formulista”.
La FM en pacientes oncológicos
En oncología, la FM es muy útil para “tratar efectos secundarios producidos por el tratamiento oncológico y que afectan de manera importante a la calidad de vida del paciente”, asegura Mª José Martínez, quien añade que “es frecuente elaborar en nuestros hospitales saliva artificial para xerostomía secundaria al tratamiento por radioterapia, enjuagues bucales para mucositis producida por quimioterapia y/o radioterapia o formulaciones tópicas para curas en tratamientos paliativos. Con respecto a FM con antineoplásicos, se suelen realizar formulaciones de medicamentos para adaptar dosis o necesidades concretas de un paciente, como pueden ser soluciones orales para pacientes con problemas de deglución (temozolomida, hidroxicarbamida), dosis pediátricas (mercaptopurina, metotrexato, etopósido) o formulaciones de medicamentos no comercializadas (carmustina tópica para tratamiento de linfoma cutáneo de células T) , y en definitiva cualquier formulación adaptada a las necesidades de un paciente concreto, práctica muy extendida en los hospitales, siguiendo las directrices recogidas en la Guía de buenas prácticas de preparación de medicamentos en servicios de farmacia hospitalaria de junio de 2014.”
Otro problema al que se ha tenido que enfrentar esta especialidad médica en nuestro país ha sido los casos de desabastecimiento, como ha ocurrido recientemente con Fortecortin®. “La AEMPS en la nota informativa que emitió sobre las actuaciones ante los problemas de suministro de Fortecortin® ya contemplaba la FM como posible solución, además de solicitarlo como medicamento extranjero o sustituirlo por otro corticoide. La formulación magistral puede ser la mejor de las tres opciones, por ejemplo para pacientes hematológicos que llevan dosis individualizadas no adaptadas a las presentaciones disponibles, lo cual obligaría a los pacientes a tomar un importante número de comprimidos poniendo en peligro la adherencia al tratamiento, o cuando se utiliza como antiemético, donde se prescribe un número limitado de días. La opción de obtenerlo como medicamento extranjero es válida para su uso intrahospitalario, pero más complejo para el paciente no ingresado”, afirma Mª José Martínez.
Este caso concreto del Fortecortin® (dexametasona, para paliar y prevenir las náuseas y vómitos por la quimio y radioterapia), junto a otros, ha llegado también a las oficinas de farmacia. Luis Jiménez asegura que “desde hace unos años se decidió que no se dispensasen los tratamientos oncológicos orales desde la oficina de farmacia, lo que supuso perder la comunicación con este tipo de paciente. Pero el desabastecimiento ciertas especialidades ha hecho que los farmacéuticos formulistas recobremos el contacto con ellos. Esto ha supuesto una gran responsabilidad y una gran oportunidad para informar, atender y seguir su evolución”.
Mª José Martínez Bautista, Secretaria del
Grupo de Farmacia Oncológica de la SEFH (Gedefo)
Y es que el farmacéutico comunitario también puede colaborar en la enfermedad, “es el formulista que está al pie del cañón, que mediante la atención farmacéutica, sus conocimientos y trabajo, adapta la prescripción a las necesidades concretas del paciente de forma continua, pues también puede realizar su seguimiento y readaptar permanentemente la formulación a las nuevas prescripciones de forma directa y personalizada.”
Así mismo asegura que desde la oficina de farmacia se hace una labor de información importante: “legalmente estamos obligados a entregar los medicamentos individualizados debidamente etiquetados junto con su prospecto con las instrucciones de uso pertinentes, pero además el farmacéutico formulista puede aportar un plus de calidad mediante la atención farmacéutica personalizada y la revisión del resto de la medicación. La cercanía es indispensable para la optimación del tratamiento con el mayor beneficio posible para el paciente”.
También coincide con Mª José en que la Administración debería promover más la FM. La secretaria de Gedefo sostiene que “sin duda puede aprovechar mucho mejor las posibilidades que ofrece la formulación para lograr un mejor acceso de los pacientes a medicamentos desabastecidos, medicamentos no adaptados para determinadas vías de administración, medicamentos no comercializados en España, etc. Todo ello siempre con la máxima evidencia de su utilidad. La administración tiene que aprovechar el potencial de las miles de farmacias formulistas que hay repartidas por nuestra geografía y el servicio que pueden prestar a todos los pacientes”.
Y es que a pesar del gran avance que supuso la industrialización de los medicamentos es muy complicado cubrir todas las necesidades existentes: “La realidad nos confirma que no es posible, incluso sin tener en cuenta el grave problema de desabastecimiento de muchos fármacos que sufrimos en la actualidad. La formulación se puede adaptar en casi cualquier paciente y en casi cualquier situación, sin necesidad de elaborar miles de unidades de un mismo medicamento. Es el traje a medida, y puede quedar muy bien”, afirma Jiménez.
Apuesta por la formación
España es uno de los países con más farmacéuticos oncológicos. Según Mª José Martínez, “ha sido una necesidad derivada de la integración del farmacéutico en el equipo asistencial. Es un campo donde hay muchos avances e investigación y se utilizan tratamientos de gran complejidad. Además, para la atención farmacéutica a estos pacientes es necesaria una formación y capacitación específica que actualmente no está disponible en España al no contar con ningún programa formativo específico en farmacia oncológica, solamente la especialización vía FIR que te capacita como especialista en farmacia hospitalaria. Una herramienta clave para conseguir el alto grado de formación clínica necesaria para atender a estos pacientes ha sido la que ha proporcionado el curso de formación en farmacia oncológica y preparación para la obtención de la acreditación BCOP del BPS, donde se adquieren los conocimientos y habilidades imprescindibles para el ejercicio de la farmacia oncológica, lo cual sin duda se traduce en resultados positivos en salud y aumento de la calidad de vida del paciente oncológico. En ese sentido, GEDEFO y la SEFH han impulsado la especialización al ofertar desde 2002 veinte becas con carácter bianual para el curso de preparación que te acredita como especialista en farmacia oncológica”.•
Elena Ameijides
Comparte esta entrada: