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Artículos farmacéuticos Complementos alimenticios Fitoterapia | El uso de productos naturales para el alivio de los síntomas de los sofocos

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Jesús C. Presa Lorite, jefe del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Universitario de Jaén. Miembro de la Junta Directiva de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM)

La menopausia no es una enfermedad, sino el fin de la etapa fértil en la vida de la mujer. Este proceso biológico natural es causado por una disminución de los niveles de estrógenos que, en ocasiones, se manifiesta en forma de diferentes síntomas, siendo los sofocos los más frecuentes. Para su tratamiento, los medicamentos y suplementos a base de ingredientes naturales pueden representar una válida alternativa a los recomendados de forma habitual para mejorar la calidad de vida de las mujeres menopáusicas.

La terapia hormonal de la menopausia (THM) es el tratamiento más común utilizado para aliviar síntomas como los sofocos (o calores súbitos) y la sudoración, entre otros. En las mujeres que los padecen, la sintomatología vasomotora (SVM) se vuelve intensa y afecta notablemente a su bienestar. Según la medicina moderna, la THM es el tratamiento más eficaz y con un correcto balance riesgo/beneficio para la paciente.

Sin embargo, no todas las mujeres que padecen calores súbitos deben recurrir a ella, especialmente si estos se manifiestan de forma leve o si no se puede seguir la THM por motivos relacionados con problemas de tolerancia, efectos colaterales, etc. En estos casos, aunque los sofocos tengan mayor intensidad, las pacientes suelen abandonar el tratamiento de manera prematura. Afortunadamente, para ellas existen tratamientos no hormonales que, hoy en día, representan una alternativa válida al THM.

Un ejemplo de ellos son los de origen natural, los cuales están disponibles en diferentes preparados y dosis. Con todo, como cualquier otro preparado empleado con fines curativos, los productos naturales, a pesar de su alto grado de seguridad, pueden dar lugar a la aparición de efectos adversos, aunque suelen ser leves en la mayoría de los casos. A continuación, veremos algunos productos naturales con un espectro terapéutico amplio en el tratamiento de los sofocos.

Isoflavonas de soja y trébol rojo

El interés de las semillas de soja (Glycine max) en el SVM viene dada por su contenido en isoflavonas (IF), integradas dentro del amplio grupo de los fitoestrógenos, compuestos de estructura no esteroídica procedentes de distintas especies vegetales o de las conversiones metabólicas intestinales de sus precursores, dotados de actividad estrogénica derivada de su capacidad de interactuar con los receptores del 17-β-estradiol.

En relación con su actuación sobre la SVM, diferentes estudios clínicos muestran resultados positivos de los preparados de soja sobre la frecuencia o la intensidad de los sofocos, probablemente debido a un efecto agonista estrogénico sobre el centro termorregulador hipotalámico.

En conjunto, las IF han mostrado una eficacia real, aunque discreta, frente al placebo, con ciertas divergencias que pueden ser atribuidas a las distintas dosis y a la diferente composición de los preparados de IF administrados. De hecho, se trata de un grupo de compuestos con una estructura química común, pero con diverso grado de afinidad por los receptores estrogénicos, diferente potencia estrogénica relativa y distinta metabolización. De este modo, la genisteína es la isoflavona con mayor afinidad por los receptores de estrógenos y la que mayor potencia estrogénica presenta, con notables diferencias respecto a las demás.

Las isoflavonas, especialmente la genisteína, dan lugar a una mejoría parcial de la SVM en un porcentaje apreciable de mujeres, con una eficacia inferior a la de la THS. Este efecto parece ser más importante cuanto mayor es el número de sofocos.

Cimicifuga racemosa

Según la Farmacopea Europea, la droga se encuentra constituida por la raíz y el rizoma desecado, entero o fragmentado, de Cimicifuga racemosa (CR), con un contenido mínimo del 1% de glucósidos triterpénicos. La actuación de CR sobre la SVM no se debe a su actividad sobre receptores estrogénicos como en un inicio se pensaba, sino a su capacidad de unión y modulación con los receptores de neurotransmisores clave del sistema nervioso central (SNC), los cuales intervienen en la termorregulación, estado anímico y el sueño (serotonina, dopamina, acido y-aminobutírico, opioides, etc.).

Los estudios disponibles en la literatura científica hasta la fecha han demostrado de forma consistente la eficacia de CR para tratar la SVM (sofocos, sudoraciones nocturnas, etc.) en pacientes con menopausia natural, demostrando ser superior al placebo y con eficacia similar a la administración de bajas dosis de estrógenos transdérmicos o tibolona. No hay evidencia científica que sugiera alguna acción de la CR sobre el endometrio, la función cognitiva o la piel. El uso de CR no induce cambios con significación clínica en el perfil lipídico y no se ha hallado un aumento de efectos cardiovasculares adversos.

Dado que los beneficios superan claramente los riesgos la CR puede ser recomendada a mujeres menopáusicas con SVM. Asimismo, teniendo en cuenta su perfil de seguridad en órganos hormono-dependientes, también puede ser recomendado en mujeres con tumores sensibles a hormonas que sufran SVM iatrogénica. En concreto, en aquellas pacientes con antecedente de neoplasia de mama que se encuentran bajo terapia hormonal con fármacos anti-estrogénicos como el tamoxifeno o raloxifeno, la CR ha demostrado una reducción en la frecuencia e intensidad de los sofocos (50% y 20% respectivamente) y en la sudoración (80%), así como reducción en problemas para conciliar el sueño, ansiedad y fatiga.

Lúpulo

El lúpulo y su flor contienen compuestos químicos característicos como resinas, aceites esenciales y prenilflavonoides a los que deben sus propiedades, siendo mayoritarios el xanthohumol (XN) (≤ 80%) y el desmetilxanthohumol (DXN). La isomerización de XN forma isoxanthohumol (IXN), mientras que el DXN da lugar a una mezcla de 8-prenilnaringenina (8PN) y 6-prenilnaringenina (6PN). La dosis diaria recomendable de 8PN para garantizar el efecto terapéutico sobre la SVM es de 100 μg, dato avalado por la Agencia Europea del Medicamento (EMA). Este compuesto tiene buena tolerancia y no se han reportado efectos adversos ni abandonos. Con todo, es recomendable utilizar extractos con baja concentración de IXN, ya que este compuesto es capaz biotransformarse a través de la microbiota intestinal en 8PN, tras lo cual puede absorberse y adicionarse a la dosis terapéutica ingerida.

Extracto citoplasmático de polen

Los extractos citoplasmáticos de polen presentan un efecto inhibidor de la recaptación de serotonina. Estos carecen de actividad estrogénica y no favorecen la proliferación celular, dato importante desde el punto de vista de seguridad, ya que los estrógenos pueden disparar un efecto proliferativo de las células cancerosas. Los extractos citoplasmáticos normalizados de polen han demostrado su eficacia en pacientes en etapa menopáusica en distintos ensayos clínicos, en los que se ha observado una mejora tanto en la reacción vasomotora como en otros parámetros, tales como sensación de mareo, insomnio, decaimiento o cansancio, que condicionan la calidad de vida en las mujeres con sintomatología menopáusica.

Salvia

Las hojas de Salvia officinalis se han empleado tradicionalmente como antidiaforéticas en el tratamiento de las sudoraciones, siendo reconocidas en la actualidad por la EMA con esta indicación dentro de la categoría de medicamento tradicional a base de plantas. De hecho, la salvia puede ser considerada como un fitoestrógeno. En cuanto a su actuación sobre la SVM, los resultados obtenidos en un ensayo clínico, realizado con un extracto obtenido a partir de hojas frescas de S. officinalis, del que se eliminó la tuyona, muestran una disminución significativa en la severidad de la SVM, en comparación con el grupo placebo.

Hipérico

El hipérico (Hypericum perforatum) o hierba de San Juan, cuya principal indicación es el tratamiento de los procesos depresivos leves o moderados, ha sido empleado en estudios de pacientes con sintomatología menopáusica disfórica. En un ensayo clínico se ha constatado que la administración de 270-330 mg de un extracto normalizado de hipérico 3 veces al día durante 2 meses da lugar a una disminución significativa de la frecuencia y la intensidad de los sofocos. Estos resultados apuntan que el tratamiento con Hypericum perforatum podría ser una forma eficaz de reducir los sofocos, los síntomas menopáusicos y la depresión en mujeres en etapa menopáusica.

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