Close Menu
Floradix

NO Mobile

Estás leyendo

Dermofarmacia Tratamientos | Trastornos del sudor: Tratamiento dermocosmético y consejo farmacéutico

Compartir

Índice

Cambiarse de ropa más de una vez al día, tener miedo a quitarse la chaqueta y evitar dar la mano o un abrazo son algunos incómodos efectos que ocasionan los trastornos de la sudoración. Afortunadamente, tienen solución.

Los trastornos del sudor -hiperhidrosis y bromhidrosis- son poco conocidos pero más frecuentes de lo que se cree. Pese a que son subestimados y ocultados, acarrean múltiples molestias a quienes los padecen. Un gran porcentaje de las personas que los sufren reconoce que limitan su forma de vestir y su vida social, afectan a la autoestima e incluso condicionan la elección de un trabajo. Afortunadamente, los trastornos del sudor se pueden tratar de forma eficaz.

El uso diario de antitranspirantes y desodorantes hace que estas alteraciones tengan notable interés para el farmacéutico comunitario.

Hiperhidrosis: definición y tipos

La hiperhidrosis es el exceso de producción de sudor, impredecible e incontrolable. Puede afectar a todo el organismo (hiperhidrosis generalizada) o a zonas concretas del mismo (hiperhidrosis focal).

Se habla de hiperhidrosis primaria (o idiopática) cuando la sudoración tiene causa desconocida. Está relacionada con la hiperactividad simpática, que estimula la producción de sudor sin ninguna causa aparente. Suele ser de tipo focal.

La hiperhidrosis secundaria, en cambio, suele ser generalizada. Está asociada a otros cuadros clínicos como alcoholismo, cambios hormonales (embarazo, menopausia), trastornos endocrinos (obesidad, hipertiroidismo, diabetes), enfermedades cardiovasculares, tumores intratorácicos, consumo de medicamentos (adrenérgicos, antidepresivos, antipiréticos, antieméticos…), lesiones cerebrales y enfermedad de Parkinson, entre otros.

Diferencia entre sudoración intensa e hiperhidrosis

Los criterios diagnósticos de la hiperhidrosis primaria se resumen en la tabla 1.

Tabla 1

Criterios diagnósticos de la hiperhidrosis primaria1

• Sudoración excesiva en al menos uno de los siguientes sitios:
axilas, palmas, plantas o región craneofacial.
• Duración superior a seis meses.
• Descartadas posibles causas de hiperhidrosis secundaria
(fármacos, cusas neurológicas, endocrinológicas, infecciosas,
tumorales).
• Presentes al menos dos de las siguientes características:
– Sudoración bilateral y relativamente simétrica.
– Edad de aparición por debajo de 25 años.
– Episodios presentes al menos una vez por semana.
– Antecedentes familiares positivos de HFP.
– No hipersudoración durante el sueño.
– Repercusión sobre las actividades de la vida diaria.

Incidencia

Se estima que la prevalencia de hiperhidrosis llega hasta el 2,8% de la población2. A partir de estos datos, se calcula que en España más de 1.200.000 personas conviven con esta patología. Sin embargo, el mismo estudio constata que menos de la mitad de los afectados había consultado a un profesional sanitario acerca de este problema.

Zonas afectadas. La mayoría de pacientes con hiperhidrosis primaria tienen distribución axilar (29%), palmo-plantar (25%), plantar (15,5%), axilar y palmo-plantar (11%), palmar (6%) y craneofacial (5%). Una minoría presenta zonas de afectación atípicas como el tronco, las ingles, el cuello, los pliegues submamarios o las nalgas3.

  • Edad de inicio. Suele ser entre los 14 y los 25 años. Cuando aparece antes de la pubertad, lo más común es que tenga distribución palmo-plantar mientras que si lo hace tras la pubertad, la afectación es más frecuentemente axilar3.
  • Antecedentes familiares. Dos tercios de los pacientes tienen un familiar con hiperhidrosis.
  • Sexo. La hiperhidrosis afecta por igual a mujeres y hombres. Sin embargo, a las mujeres les preocupa más este trastorno y son más proclives a consultar y recibir tratamiento que los hombres.

Complicaciones

La secreción de sudor tiene aspectos beneficiosos como la termorregulación y la expulsión de desechos orgánicos. Sin embargo, si se produce en exceso puede dar lugar a maceración del estrato córneo, haciendo que la piel sea más permeable a una infección o a desarrollar eccema dishidrótico (dishidrosis) y dermatitis palmar y plantar. Además, se pueden producir otras complicaciones como el mal olor  o bromhidrosis (tabla 2).

Tabla 2

Características de la bromhidrosis

• Se caracteriza por el olor característico a sudor, pero intensificado de forma que no se puede camuflar.
• Está ocasionada por el mal funcionamiento de las glándulas sudoríparas apocrinas, localizadas principalmente en pies, axilas, genitales y pecho.
• La secreción de las glándulas apocrinas tiene ceramidas distintas a las del resto de la población. Cuando ese sudor entra en contacto con la microbiota cutánea, la descomposición produce amoníaco y ácido graso lo que ocasiona el fuerte olor.
• Tiene origen genético aunque también puede ser ocasionado por otras enfermedades como diabetes, trastornos de la tiroides, alteraciones en la glándula suprarrenal, entre otras.
• Afecta a hombres y mujeres, a partir de la pubertad. No desaparece aunque en las mujeres suele disminuir después de la menopausia.
• Se puede tratar mediante microondas4.
• Consejos: se recomienda tener una buena higiene con productos que incluyan antisépticos y el uso diario de desodorantes y antitranspirantes. La depilación es recomendable porque el vello aumenta la producción de sudor. Conviene cambiarse de ropa a diario.

Tratamiento

Las opciones terapéuticas de este artículo se centran en la hiperhidrosis primaria focal en adultos. En caso de hiperhidrosis secundaria, el tratamiento debe estar dirigido a la causa que la origina y suele requerir una aproximación multidisciplinar3.

Existen múltiples tratamientos eficaces para la hiperhidrosis:

• Tratamiento tópico. Se utiliza como la primera línea de tratamiento en todas las localizaciones de la hiperhidrosis debido a su eficacia y su seguridad. Se emplean:

1) Antitranspirantes.

A diferencia de los desodorantes, que modifican el olor corporal, los antitranspirantes obstruyen el ducto de las glándulas ecrinas para bloquear la producción de sudor.

Se emplean sales de aluminio (cloruro de aluminio, clorhidrato de aluminio) y sales de aluminio y zirconio, a concentraciones del 10% hasta el 40% en caso de hiperhidrosis palmar. En ocasiones se combinan con un queratolítico como ácido salicílico (2-4%) para aumentar la penetración.

Los antitranspirantes se encuentran disponibles en diferentes presentaciones como crema, gel, roll-on, barra, toallitas, soluciones en spray y polvos. Se recomiendan aplicar cada noche sobre la zona a tratar, con la piel limpia y seca y se dejan actuar entre 6-8 horas antes de lavar la zona nuevamente para retirar el producto. Una vez que se ha producido el descenso de la sudoración (al cabo de 1-2 semanas) se puede reducir la frecuencia de uso.

Los principales efectos secundarios son la irritación local -suele mejorar según avanza el tratamiento- y el daño en la ropa. Para minimizar los efectos no deseados, se aconseja evitar el uso del producto en las 24-48 horas posteriores a la depilación y emplear de forma puntual corticoides tópicos.

A pesar de la información difundida en los medios de comunicación, no hay estudios científicos concluyentes acerca de la asociación directa entre el uso de antiperspirantes con sales de aluminio y la aparición de cáncer de mama5.

2) Anticolinérgicos.

La sudoración se produce por liberación de acetilcolina, y sobre ella actúan los anticolinérgicos como el glicopirrolato. Se emplea formulado en solución acuosa y crema, a concentraciones entre el 0,5 y el 2%, con aplicación diaria. El glicopirrolato es una buena opción en pacientes con hiperhidrosis craneofacial y aquellos con intolerancia a las sales de aluminio. El principal inconveniente es que, en una pequeña proporción de pacientes, produce otros efectos anticolinérgicos como visión borrosa y sequedad oral.

• Terapia sistémica. Es útil aunque genera efectos adversos importantes que limitan su empleo. Los fármacos que se utilizan se recogen en la tabla 3. Son:

Anticolinérgicos orales. Disminuyen la sudoración debido al bloqueo competitivo que realizan a nivel de los receptores muscarínicos situados de las glándulas sudoríparas ecrinas. Los compuestos más utilizados son la oxibutinina y el glicopirrolato.
Antihipertensivos. Actúan como agonistas α-adrenérgicos a nivel central y provocan la reducción del tono simpático. Se emplea principalmente la clonidina.
Otros fármacos. Los pacientes en los que los episodios de hiperhidrosis estén relacionados exclusivamente con momentos de tensión emocional pueden responder al tratamiento con benzodiacepinas o β-bloqueantes1.

Iontoforesis. Es uno de los métodos no invasivos más eficaces, seguros y con buena relación coste-efectividad. Consiste en la introducción de una sustancia ionizada a través de la piel intacta utilizando una corriente eléctrica. La eficacia de esta técnica aumenta al añadir toxina botulínica o glicopirrolato a la solución empleada en la iontoforesis.

Inicialmente se requieren sesiones de unos 20 min cada 2-3 días, con un aumento progresivo de la intensidad la corriente. Una vez que se alcanza el efecto terapéutico (al cabo de 2 semanas aprox.), se realiza terapia de mantenimiento 1 vez cada 1-4 semanas1.

Los efectos adversos que pueden aparecer son dolor e irritación cutánea. La iontoforesis está contraindicada en mujeres embarazadas, portadores de marcapasos, pacientes con prótesis articulares metálicas, enfermedades cardíacas y epilepsia.

Toxina botulínica tipo A (TB-A). La TB es una neurotoxina generada por el Clostridium botulinium que inhibe de manera irreversible la liberación presináptica de acetilcolina a nivel de las terminaciones de las fibras nerviosas simpáticas que llegan a las glándulas sudoríparas ecrinas.

LA FDA aprobó en 2004 la utilización de TB-A para el tratamiento de la hiperhidrosis axilar aunque ha sido utilizada fuera de indicación para el tratamiento de la hiperhidrosis palmar, plantar, frontal, inguinal y anal con buenos resultados.

La duración de los efectos y la eficacia del tratamiento varían según la zona. En la hiperhidrosis axilar los efectos son máximos a las 2 semanas y duran entre 4 y 12 meses mientras que en la hiperhidrosis palmar la duración es mucho menor, como máximo 6 meses1.

Los principales inconvenientes de la infiltración de TB-A son el precio, la necesidad de realizar 2 ó 3 tratamientos al año y la ausencia de eficacia en caso de bromhidrosis. Está contraindicada en caso de alergia al compuesto, infección en la zona a tratar, embarazo, lactancia, enfermedades neuromusculares y uso concomitante de otras medicaciones que afecten a la liberación de acetilcolina en la placa neuromuscular.

Microondas. Son radiaciones no ionizantes que provocan la destrucción por termólisis de las glándulas sudoríparas. Se emplean en el tratamiento de la hiperhidrosis axilar.

La técnica requiere anestesia local previa en la zona a tratar. Son necesarias 2-3 sesiones de 40 min separadas 3 meses, excepto en pacientes con hiperhidrosis moderada o bromhidrosis aislada, que pueden tratarse con una sola sesión. Los efectos adversos más frecuentes son edema, enrojecimiento, disconfort, nódulos subcutáneos palpables, pérdida de vello y alteración de la sensibilidad, todos ellos reversibles con el paso del tiempo y que no interfieren con las actividades diarias. Uno de los aspectos destacables de esta técnica es que la disminución de la sudoración se mantiene al menos 24 meses. Posteriormente la sudoración retorna con menor intensidad que en el estado inicial. Aunque se trata de un tratamiento de elevado coste, a la larga es más económico que la aplicación periódica de toxina botulínica.

Cirugía. Comprende dos aproximaciones3:

La primera, usada fundamentalmente en hiperhidrosis axilar, consiste en la eliminación de las glándulas ecrinas. Tiene efectividad alta a corto plazo aunque disminuye con el paso del tiempo, probablemente debido a una reinervación glandular.

Otra opción quirúrgica que se emplea para hiperhidrosis palmar y plantar (aunque puede usarse para otras localizaciones) consiste en la simpatectomía torácica, o eliminación por endoscopia de los ganglios simpáticos torácicos bilaterales. Está indicada en pacientes con inicio de la hiperhidrosis antes de los 26 años y menores de 25 años con IMC inferior a 28 y sin sudoración nocturna. A pesar de su alta efectividad, en la mayoría de los pacientes acaba apareciendo hiperhidrosis compensatoria, es decir, el paciente deja de sudar en esa zona pero aumenta la sudoración en otras partes del cuerpo por lo que actualmente se reserva para casos muy concretos.

Ablación con láser. Es una técnica emergente que elimina las glándulas sudoríparas por calentamiento. Tiene entre un 75% y un 95% de respuesta definitiva. No obstante, la experiencia con láser es muy reciente y se necesita tiempo para conocer su eficacia y efectos secundarios.

Consejo farmacéutico

Los síntomas de la hiperhidrosis mejoran si se realizan cambios en el estilo de vida:

• Ropa. Se recomienda tener a mano prendas de reserva (camisa, calcetines, etc.) por si hay que cambiarse a lo largo del día.

Telas oscuras y ligeras. Las personas que sudan mucho saben que es mejor limitarse a las tonos oscuros (se manchan igual pero se nota menos). Las fibras naturales como el algodón y el lino son más frescas que las fibras sintéticas. Sin embargo, las naturales absorben el sudor y permanecen húmedas, a diferencia de las fibras sintéticas, que son menos frescas pero permanecen secas.

Prendas antisudor. Se puede encontrar ropa deportiva técnica capaz de absorber la humedad así como camisetas con refuerzo en la zona de las axilas para evitar las manchas de sudor.

La empresa textil española Sutran confecciona prendas con las tecnologías patentadas Drilook® y Odorfil®. Drilook absorbe el sudor sin dejar signos evidentes de humedad en el exterior mientras que Odorfil® posee propiedades antiolor y antibacterianas que controlan la bromhidrosis. Destaca por encima de otras tecnologías con prestaciones similares debido a que las propiedades antiolor y antibacterianas permanecen activas durante toda la vida útil del tejido7.

Otras estrategias ayudan a controlar la hiperhidrosis y la bromhidrosis:

• Dieta. Evitar el consumo de cualquier excitante: café, té, alcohol, tabaco y alimentos picantes.
• Entorno. Mantener el ambiente fresco y bien ventilado.
• Relajación. Mantener un bajo nivel de estrés. Se puede aprender alguna técnica de relajación (meditación, yoga…) para reducir la ansiedad. Practicar la visualización puede ayudar a enfocar las situaciones estresantes sin que aumente la sudoración.
• Ejercicio físico. Disminuye el estrés y equilibra el sistema nervioso.
• Higiene. Mantener una buena higiene evita mal olor corporal aunque no impide el exceso de sudoración.
• Fitoterapia. La salvia regula la transpiración. Se puede tomar una infusión antes o después de las comidas o usar externamente para realizar baños de manos y pies.

 

Conclusiones

La hiperhidrosis es un trastorno relativamente común que conlleva unas importantes consecuencias psicológicas, sociales y ocupacionales. Se dispone de una amplia variedad de tratamientos eficaces y con características distintas. La elección del tratamiento más indicado (tabla 4) depende de la severidad, la localización y la repercusión psicológica de la hiperhidrosis, y tiene siempre en consideración las preferencias del paciente. El tratamiento de la hiperhidrosis permite obtener resultados satisfactorios que mejoran sustancialmente la calidad de vida del paciente.

BIBLIOGRAFÍA

1. González D, Pérez N. Actualización en hiperhidrosis focal primaria. Med Cutan Iber Lat Am 2012;40(6):173-180. Disponible en: www.medigraphic.com/pdfs/cutanea/mc-2012/mc126b.pdf.
2. Augustin M, Radtke MA, Herberger K, Kornek T, Heigel H y Schaefer I. Prevalence and disease burden of hyperhydrosis in the adult population. Dermatology 2013;227(1):10-13.
3. Martin A, Ruiz R y Sánchez I. Hiperhidrosis: diagnóstico y opciones terapéuticas clásicas y novedosas. Monogr Dermatol 2016;29(5):218-226. Disponible en: cdn.ricardoruiz.es/Uploads/Hiperhidrosis_Diagnostico_y_opciones_terapeuticas_r.pdf.
4. Sánchez-Carpintero I, Martín-Gorgojo A y Ruiz-Rodríguez R. Tratamiento con microondas en la hiperhidrosis y la bromhidrosis. Actas Dermosifiliogr 2017;108(5):418-422. Disponible en: cdn.ricardoruiz.es/Uploads/Tratamiento_Microondas_Hiperhidrosis_y_Bromhidrosis_Axilar.pdf.
5. Nacional Cancer Institute. Antiperspirants/Deodorants and Breast Cancer [Internet]. EEUU;2016 [citado 08 de marzo 2018]. Disponible en: https://www.cancer.gov/about-cancer/causes-prevention/risk/myths/antiperspirants-fact-sheet#r5.
6. Del Boz J. Tratamiento sistémico de la hiperhidrosis. Actas Dermosifiliogr 2015;106(4):271-277. Disponible en: http://www.actasdermo.org/es/tratamiento-sistemico-hiperhidrosis/articulo/S0001731014005134/.
7. Sutran Technology [Internet]. [citado 07 de marzo 2018]. Disponible en: https://www.sutranimasd.com.

Comparte esta entrada:

Halley

Suscríbete a nuestro boletín

close

Apúntate a nuestro boletín

Recibe en tu correo los contenidos más relevantes sobre el sector: