El Dr. Sergio Vañó, dermatólogo del Hospital Ramón y Cajal de Madrid y responsable de nuevas tecnologías de la AEDV nos cuenta los peligros para la salud de las cabinas de bronceado. Todos conocemos que “las exposiciones a fuentes artificiales de radiación ultravioleta por medio de cabinas de rayos UVA es uno de los factores conocidos que más incrementa el riesgo de padecer cáncer de piel”, tal y como explica el Dr. Sergio Vañó. Pero además, puede ocasionar una adicción al bronceado llamada tanorexia.
Bronceado, rayos uva y tanorexia
Los pacientes con tanorexia tienen la necesidad de mantener el bronceado en cualquier época del año. Esta patología afecta sobre todo a mujeres de entre 17 y 35 años que, a pesar de estar morenas, siempre se ven pálidas.
“Los rayos UVA aportan un moreno que protege menos de la radiación ultravioleta que el moreno obtenido de forma natural”, apunta el Dr. Vañó.
Aunque es cierto que, en determinadas enfermedades de la piel como la psoriasis puede llegar a recomendarse la utilización de cabinas de rayos UVA como “herramienta terapéutica”, nunca deberían utilizarse con fines lúdicos. La recomendación es obtener un bronceado natural, “exponiéndose al sol de forma progresiva y sin riesgo de quemarse”, dice el Dr. Vañó.
De nuevo recalcamos la importancia de cuidar la piel en verano. Haciendo autoexploraciones, visitar al dermatólogo para revisar los lunares existentes, utilizar un factor de protección solar adecuado para evitar las quemaduras así como evitar las exposiciones prolongadas al sol. •
Comparte esta entrada: