El título que he escogido para este artículo, quiere poner de manifiesto que, aunque vamos avanzando en el estudio de los efectos de la radiación solar sobre nuestro organismo y la detección precoz del cáncer de piel es cada vez más frecuente, debido a la paulatina concienciación de la población gracias a la inestimable labor de todo el personal sanitario, médicos, farmacéuticos e incluso personal de enfermería, seguimos teniendo los problemas de siempre. Parece como si el letargo invernal nos hiciera olvidar lo aprendido en años anteriores y los profesionales de la salud debiéramos empezar una nueva campaña de prevención como si nada se hubiera hecho anteriormente. De hecho, en una Semana Santa medio-pasada por agua en buena parte de España, no hemos dejado de ver gente expuesta aprovechando todos los rayos de sol y sus efectos inmediatos sobre la piel en forma de eritema y quemaduras. Lo que no sabemos, ni saben ellos, es como les afectará acumuladamente toda la energía tomada estos días…ni la capacidad de su organismo para recuperarse de los daños ocasionados.
Las noticias sorprendentes del año, en relación al sol y al cáncer de piel, empezaron en marzo cuando en un artículo en J.A.A.D., de lo cual se hizo eco la prensa generalista poco más tarde, unos dermatólogos americanos propusieron formar a los peluqueros en la detección precoz del cáncer de piel para poder derivar a sus clientes, con sospecha de estar afectados, a los dermatólogos. Además, proponían que incluso los peluqueros debidamente formados pudieran posteriormente incluir entre sus servicios una revisión cancerígena básica, junto a los cuidados capilares específicos de su profesión. El argumento es que los peluqueros ven a sus clientes con frecuencia y pueden detectar melanomas en cuero cabelludo, cuello, parte superior del pecho y espalda. Aún a sabiendas de la diferente idiosincrasia de Estados Unidos y España, y con todos los respetos a los peluqueros, estoy seguro de que los farmacéuticos estamos mucho más cualificados que los peluqueros para llevar a cabo una campaña de detección precoz del cáncer de piel entre nuestros clientes, al menos con los habituales, con los que, desde luego, tenemos una relación mucho más frecuente que con el peluquero. Y en el peor de los casos, lo que sí es seguro, es que puestos a formar a un colectivo en la detección precoz del cáncer de piel es mucho más fácil y lógico hacerlo con los farmacéuticos que con los peluqueros. Cualquier otro comentario me parece superfluo.
Aumento de la incidencia de melanoma en adultos jóvenes
De todos modos, lo que sí es evidente, es que debemos insistir en las campañas de prevención del cáncer de piel ya que como se pone de manifiesto en un artículo epidemiológico recientemente publicado, recogiendo datos desde 1970 hasta 2009, la incidencia de melanoma en adultos jóvenes (de entre 18 y 39 años) ha aumentado rápida y significativamente, especialmente en mujeres, en la que se ha multiplicado por ocho su incidencia mientras que en los hombres «sólo» se ha multiplicado por cuatro[1]. Ni que decir tiene que la excesiva exposición solar y el bronceado artificial en salones de belleza con rayos UVA tiene mucho que ver en ello. Afortunadamente la detección precoz, sobre todo del melanoma, hace que el porcentaje relativo de mortalidad por esta causa disminuya.
Peligros del bronceado artificial y alternativas seguras
En relación al bronceado artificial, quisiera insistir en que, salvo en casos especialmente indicados y prescritos por el dermatólogo, la intensidad de radiación UVA que se recibe en las sesiones de broceado producen alteraciones en la piel que pueden derivar en un aumento de la incidencia del cáncer de piel. En 2007, Ting y colaboradores[2], del Departamento de Dermatología de la Universidad de Iowa, demostraron que la exposición al bronceado artificial con UVA incrementa el riesgo de melanoma, especialmente en mujeres jóvenes, menores de 45 años. El dato más escalofriante citado en este mismo estudio, es que en una encuesta realizada en el 2003 un 28% de las chicas adolescentes y un 7% de los chicos admitían haberse expuesto repetidamente a sesiones de bronceado artificial[3]. Todo ello no es nuevo y en multitud de Congresos Dermatológicos, conferencias, entrevistas, reportajes se ha repetido hasta la saciedad que el bronceado artificial no es ni mucho menos inocuo y que, salvo por prescripción facultativa, hay que evitarlo. La alternativa de los autobronceadores se ha mostrado muy eficaz para aparentar un bronceado natural en ocasiones especiales o incluso en el día a día, y en los últimos años se han perfeccionado las formulaciones de tal modo que la coloración obtenida parece mucho más natural. La única precaución que hay que recordar al recomendar el uso de un autobronceador es que aunque la apariencia será de estar bronceado no se adquiere el incremento de protección que la melanina natural proporciona, lo cual quiere decir que uno se encuentra tan desprotegido frente al sol como si no hubiera utilizado el autobronceador.
Innovación en filtros solares y síntesis de vitamina D
Una de las novedades sorprendentes del año es una patente presentada en Estados Unidos en noviembre del 2011, en la que se postula la formulación de un filtro solar que protege de las quemaduras y las alteraciones moleculares inducidas por la radiación UV, facilitando simultáneamente el bronceado y la síntesis de Vitamina D[4]. Según esta patente, la gracia está en dejar «una ventana entreabierta» entre 295 y 315 nm, rango de longitudes de onda absorbido por la provitamina D3, de modo que sea suficiente para estimular la síntesis de Vitamina D3. Una sorprendente ventaja de esta invención es que parece que estimula la síntesis endógena de la provitamina 1,25(OH)2D3 que, según la patente, a su vez es capaz de proteger a los queratinocitos de las alteraciones fotoinducidas producidas por la radiación UVB. Hay que decir que, como poco, este planteamiento es sorprendente por varias razones: 1. ¿Cómo se evalúa la menor capacidad protectora en el rango de 295-315 nm que cada individuo precisa?. 2. ¿Cómo afecta esta menor capacidad protectora al Factor de Protección, dado que estamos en un rango de longitudes de onda que influye en su determinación tanto in vivo como in vitro? 3. ¿La estimulación de la síntesis de la provitamina 1,25(OH)2D3 compensa la menor protección ofrecida por el filtro solar en este rango de radiación?. 4. Dado que para sintetizar la cantidad necesaria de vitamina D sólo necesitamos menos de media hora a la semana de luz solar indirecta, ¿es preciso un argumento tan complejo si los filtros solares no provocan una avitaminosis D?. Tengo la sensación de que esta patente se acerca mucho a la ciencia-ficción, pero no deja de ser indicativa de la complejidad del mundo de la protección solar y de cómo investigadores y empresas profundizan en ella con el fin de encontrar filtros solares más eficaces y seguros. Algunos con más éxito que otros.
Tendencia a protectores solares de mayor capacidad y su aplicación
En este sentido, y ya desde un punto de vista más práctico, en el mercado se observa una tendencia a protectores solares de mayor capacidad. Ello, sin duda alguna, debe repercutir favorablemente en el precio que los consumidores pagan por ml de producto, lo cual es de agradecer en las actuales circunstancias económicas, aunque evidentemente el valor facial del producto sea superior. Lo que me preocupa es si el mayor tamaño de los envases se traducirá en una mayor aplicación de producto por cm2 de piel a proteger, de modo que en utilización real nos acerquemos a la teórica de 2 mg/cm2. Si es así, una mayor beneficio económico de los consumidores se complementará con una mejor protección, aunque me temo que lo que va a pasar es que la cantidad aplicada por unidad de superficie, en el mejor de los casos, no va a variar y por tanto la protección obtenida va a ser muy inferior a la nominal. Consecuentemente al farmacéutico/a no nos va a quedar más remedio que seguir insistiendo en el modo correcto de aplicar los filtros solares para conseguir la protección esperada.
Recomendación de filtros solares como parte de la atención farmacéutica
Para acabar, no quisiera dejar pasar la oportunidad de hacer una pequeña reflexión en torno a la recomendación de los filtros solares y la atención farmacéutica. A menudo observo que, en según qué foros, cuando se habla de venta cruzada en la farmacia un murmullo de desaprobación invade la sala. Quisiera recordar que hay muchos medicamentos en cuya ficha técnica se recomienda evitar la radiación solar y, que por tanto, al ser dispensados en una farmacia debe hacerse esta recomendación al paciente al que deben ser administrados. En un país como España con unas 2.500 horas de sol al año, la recomendación de un filtro solar junto con un medicamento fotosensibilizante es un acto inequívoco de atención farmacéutica y no, simplemente, una venta cruzada «para vender más». Además no hay que olvidar todas aquellas circunstancias «especiales» que hacen imprescindible la recomendación de un protector solar, como pueden ser los niños, las embarazadas, las personas a las que ya se les ha diagnosticado una queratosis actínica o un cáncer de piel, los transplantados, todas aquellos pacientes a los que se les ha sometido a un tratamiento con laser, o a un peeling,…y un largo etcétera que justifica plenamente la actividad farmacéutica en la recomendación de filtros solares de protección muy elevada o ultra frente al mero posicionamiento de estos productos en un lineal de un supermercado. Como decía al principio, creo que el farmacéutico es el profesional sanitario más cualificado y más accesible al público para dar un consejo profesional indicando la protección solar más adecuada a todos y cada uno de los casos que se presenten en nuestras farmacias, siempre con el espíritu crítico y el interés por conocer más y mejor los productos que recomendamos con el fin de dar valor a nuestra recomendación en beneficio de la salud de nuestros clientes/pacientes.•
Referencias
[1] Reed, K.B. et al. (2012) Mayo Clin Proc 87 (4): 328-334.
[2] Ting, W. et al. (2007) Int. J. Dermatol. 46: 1253-1257.
[3] Demko, C.A. et al. (2003) Arch. Pediatr. Adoles. Med. 157: 854-860.
[4] United States Patent Application 20110268678; E.T. Armstrong; November 3, 2011
Dr. Miquel Carreras
Farmacéutico
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