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Artículos farmacéuticos Dermofarmacia | El microbioma como escudo protector de la piel

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Índice

Mª Teresa Alcalde Pérez

Profesora Asociada, Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación- Universidad de Barcelona (UB). Profesora del Máster en Dermofarmacia y Cosmetología de la UB

teresaalcalde@ub.edu

Responsable de la salud de la piel, su importancia es tal que ha abierto un campo de estudio excitante y prometedor. Los microorganismos que habitan en la piel son el nuevo objetivo de la industria cosmética

La piel está colonizada por una colección de microorganismos que incluyen bacterias, hongos, ácaros y virus. Estos microorganismos constituyen la microbiota cutánea y establecen complejas relaciones entre sí y con nuestra piel, formando un verdadero ecosistema microscópico que nada tiene que envidiarle en diversidad a un bosque tropical1.

La microbiota de la piel incluye:

1) Microorganismos residentes, que son los predominantes. Se trata de un grupo relativamente fijo de microorganismos que se encuentran habitualmente en la piel y que se restablece después de una perturbación. Tienen una relación de mutualismo con la piel, es decir, ambos salen beneficiados: la piel proporciona el alimento a los microorganismos y éstos tienen un papel activo en la defensa de la piel.

2) Microorganismos transitorios, que surgen del ambiente y persisten durante horas o días antes de desaparecer. En condiciones normales, no son patógenos.

Las investigaciones recientes muestran que el microbioma de la piel sana adulta es estable a lo largo del tiempo a pesar de las exposiciones externas2.

El hábitat de la piel. Se estima que hay 1 millón de bacterias por cada centímetro cuadrado de piel, con una relación de 10 microorganismos por cada célula del huésped.

Glosario
Microbiota cutánea. Conjunto de microorganismos presentes en la piel: bacterias, hongos, virus, ácaros…
Microbioma. Material genético de la microbiota.
Disbiosis. Desequilibrio de la composición de la microbiota.
Prebióticos. Ingredientes no digeribles que benefician al huésped por estimulación selectiva del crecimiento o la actividad de un limitado número de microorganismos del huésped. En otras palabras, los prebióticos son el “alimento” de los probióticos (ya sea la microbiota residente o los probióticos administrados). Suelen ser azúcares (manosa, inulina, fructo-, gluco-, galacto-,oligosacáridos), ácido láctico y otras sustancias como polifenoles o ácidos grasos.  
Probióticos. Microorganismos vivos que, cuando son administrados en cantidad adecuada, ejercen un efecto beneficioso sobre la salud del huésped.
Postbióticos. Factores no viables obtenidos de los probióticos que tienen un efecto biológico beneficioso en el huésped. Son, por ejemplo, los metabolitos sintetizados y secretados por los probióticos o liberados después de la lisis (péptidos, enzimas, ácidos orgánicos, polisacáridos, etc.) así como los componentes de la pared celular. Se presentan en forma de extractos, lisados o filtrados.

¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE EL MICROBIOMA DE LA PIEL?  

El microbioma es conocido como «la cuarta capa de la piel» por la importancia que tiene y porque posee su propia genética y un funcionamiento específico.

Las funciones clave del microbioma son:

Proteger. El microbioma equilibrado proporciona una defensa antimicrobiana contra los patógenos externos («resistencia a la colonización»). La microbiota frena la invasión de los patógenos de varias maneras:

– compite por los sitios de adhesión y los nutrientes.

– acidifica la piel, gracias a la secreción de productos metabólicos como el acético y el propiónico lo que también limita el crecimiento bacteriano.

– libera los péptidos antimicrobianos (en inglés, AMPs), unas sustancias parecidas a los antibióticos que potencian la respuesta inmune cutánea.

La microbiota también protege frente a la inmunosupresión que la radiación UV genera en nuestra piel.

Regular la inflamación.

Reparar puesto que favorece la cohesión de la epidermis. La microbiota ayuda a degradar los lípidos de la superficie cutánea lo que refuerza la función barrera para que la piel sea más resistente.

Por tanto, el microbioma participa activamente en la doble función protectora de la piel, como barrera física e inmunológica. Cuando el microbioma está equilibrado la piel es capaz de defenderse y recuperase. En cambio, un microbioma desequilibrado puede conducir a enfermedades inflamatorias de la piel como infecciones, alergias y enfermedades autoinmunes que comprometen la salud y la apariencia de la piel.

COMPOSICIÓN DEL MICROBIOMA CUTÁNEO

La microbiota cutánea es muy diferente a la microbiota intestinal ya que predominan las bacterias por encima de otros microorganismos. La mayoría de estas bacterias pertenecen a cuatro filos principales: Actinobacteria, Firmicutes, Bacteroidetes y Proteobacteria.

La distribución de las bacterias varía según las características de la piel. En las zonas seborreicas (frente, pliegue retroauricular, pliegue alar y espalda) hay la menor diversidad, con predominio de Propionibacterium spp. En las zonas húmedas (ombligo, axilas, ingles, pliegue interglúteo, plantas de manos y pies y fosas poplíteas y antecubitales) dominan Staphylococcus spp. y Corynebacterium spp. En las zonas secas (brazos, piernas, glúteos) se encuentra la mayor diversidad de bacterias, siendo mayor incluso que la del intestino y la cavidad oral. En estas áreas secas predominan los filos Actinobacteria, Proteobacteria, Firmicutes y Bacteroidetes y hay un gran número de microorganismos Gram negativos (figura 1).

Figura 1

Es importante recalcar que el microbioma cutáneo no está constituido exclusivamente por bacterias. Las especies de Malassezia representan el 53-80% de la población de hongos de la piel y están presentes principalmente en el cuero cabelludo. Otras especies incluyen Debaryomyces spp y Cryptococcus spp. Además, los ácaros como Demodex folliculorum y Demodex brevis son residentes habituales de las unidades pilosebáceas, especialmente las de la cara.

Sorprendentemente, también se ha demostrado la presencia de Archaea en la piel. Las Archaea eran consideradas una forma ancestral de microorganismos cuya existencia estaba restringida a ambientes extremos; sin embargo, el material genético de las Archaea representa el 4.2% del microbioma no eucariota de la piel.

Los virus también son componentes importantes del ecosistema cutáneo. Se ha encontrado una alta diversidad de especies de virus ADN, como Beta y Gamma papillomavirus, Polyomavirus y Circovirus3.

En comparación con la del intestino, la microbiota de la piel es mucho más variada (más diversidad de especies) y más variable en el tiempo (más adaptativa).

Conviene destacar que la composición -riqueza y diversidad- de la microbiota es clave para una piel saludable y resistente a la enfermedad. El equilibrio entre las diferentes especies (o eubiosis) es fundamental en este sentido.

FACTORES QUE MODIFICAN EL MICROBIOMA

El microbioma de la piel depende de varios factores:

– Propios del huésped, como la edad, el sexo, la raza, la forma de nacimiento (parto vaginal o cesárea), etc.

– Ambientales, como la temperatura, la humedad, la contaminación y la exposición al sol

– Higiénico-dietéticos, como el exceso de lavados, el uso de limpiadores agresivos y desinfectantes, la alimentación y el consumo de alcohol

– Farmacológicos, como el consumo de antibióticos, corticoides, retinoides y fármacos sensibilizantes.

Se ha comprobado que la humedad, la temperatura ambiental y la hidratación del estrato córneo aumentan el crecimiento bacteriano. El lavado disminuye temporalmente las colonias aunque, al fragmentarlas, contribuye a la dispersión de éstas. Respecto a los cosméticos, se sabe por ej. que el uso de maquillaje aumenta la diversidad bacteriana en la frente4, y que los desodorantes y los antitranspirantes aumentan la presencia de Actinobacterias lo cual no es favorable ya que éstas producen el olor corporal5.

Cada persona tiene un microbioma cutáneo único, tan individual como el ADN o la huella dactilar

EL MICROBIOMA Y LAS ALTERACIONES CUTÁNEAS

Un número creciente de estudios han demostrado la asociación entre el desequilibrio de la composición de microbiota (conocido como disbiosis) y ciertos trastornos cutáneos como el acné vulgar, la dermatitis atópica, la dermatitis seborreica, el eccema, la psoriasis o la caspa.

Por ejemplo, en la dermatitis atópica la microbiota es considerablemente diferente a la del individuo sano. Más del 90% de los pacientes con dermatitis atópica están colonizados por S. aureus tanto en la piel lesionada como en la piel no lesionada, en contraste con menos del 5% de los individuos sanos. También la diversidad bacteriana es inferior en los pacientes atópicos, y la diversidad es aún menor en las zonas lesionadas que en zonas adyacentes no lesionadas. Existe además una relación directa entre la reducción de la biodiversidad y las exacerbaciones de la atopia.

El acné vulgar se ha relacionado con la presencia de ciertas cepas (en concreto, las cepas portadoras del locus 2) de Cutibacterium acnes (nombre actual de Propionibacterium acnes)6.

En cuanto a la caspa, se ha observado que la presencia de Malassezia restricta en el cuero cabelludo es 10 veces superior en las zonas con caspa que en las zonas libres de caspa. Además, las proporciones de los tres microorganismos más abundantes en el cuero cabelludo (C.acnes /M.restricta y C.acnes /S.epidermis) son significativamente inferiores en los cueros cabelludos con caspa7.

No obstante,los estudios científicos han abierto un dilema similar al de “la gallina o el huevo” ya que no está del todo claro si las alteraciones de la microbiota conducen a la alteración cutánea o si es ésta la que ocasiona el desequilibrio de la microbiota8.

COSMÉTICOS CON PRE-, PRO- Y POSTBIÓTICOS

La hipótesis del eje intestino-piel planteada por Arck y col. en 20109 ha permitido investigar el beneficio de los prebióticos y probióticos por vía oral para la piel. Además de las formulaciones con probióticos por vía oral que se han desarrollado para la piel, en los últimos años se ha formulado una nueva generación de emolientes e hidratantes que incluyen lisados de bacterias como Vitreoscilla filiformis o Lactobacillus. Estas formulaciones tópicas se han diseñado para apoyar el tratamiento de la dermatitis atópica y el acné, ayudar a restaurar la barrera cutánea y el microbioma cutáneo y controlar la activación de la inmunidad innata2.

Las formulaciones tópicas antes mencionadas contienen lisados de bacterias, es decir, microorganismos no viables o postbióticos. Es importante destacar que, en la actualidad, los cosméticos no contienen probióticos (microorganismos vivos, según la definición de la OMS) ya que la legislación cosmética es muy restrictiva en cuanto al contenido en microorganismos y además porque los conservantes de la fórmula los inactivan. En el hipotético caso de que los probióticos resistieran, el cosmético tendría una vida últil muy limitada ya que los probióticos morirían al quedarse sin “alimento”.

Por tanto, los laboratorios que empiezan a elaborar este tipo de cosméticos formulan con postbióticos y/o prebióticos. Los estudios demuestran que post- y prebióticos pueden ejercer efectos beneficiosos: evitan que los microorganismos patógenos a los que estamos expuestos día a día colonicen y alteren la microbiota de la piel y estimulan las defensas de la misma, es decir, proporcionarían una mayor protección cutánea. Por esta razón, los pre- y postbióticos se están incluyendo también en cosméticos para la piel sensible, antirojeces, productos antipolución, antiedad y preparados anticaspa.

En los próximos años, los hallazgos sobre el microbioma pueden revolucionar la formulación de los cosméticos, cuando se conozca, por ejemplo, qué efectos tienen el resto de ingredientes (conservantes, emolientes, filtros solares, perfumes, etc.) sobre la microbiota de la piel. La mejor comprensión de la microbiota cutánea incluso podría fomentar la formulación de cosméticos personalizados acordes al microbioma de la piel para un individuo en un momento dado.

BIBLIOGRAFÍA

1. Grice EA, Segre JA (2011). The skin microbiome. Nat Rev Microbiol 9(4):244–253.

2. Dréno B, Araviiskaia E, Berardesca E, Montijo G, Sanchez Viera M, Xiang LF, Martin R, Bieber T (2016). Microbiome in healthy skin, update for dermatologists. JEADV Dec 30(12): 2038–2047.

3. Rios-Yuil JM (2014). La piel como un ecosistema: importancia del microbioma cutáneo. RMP 34(3):30-35

4. Staudinger T, Pipal A y Redl B (2011). Molecular analysis of the prevalent microbiota of human male and female forehead skin compared to forearm skin and the influence of make-up. J Applied Microbiology 110:1381-1389.

5. Callewaert C, Hutapea P, Van de Wiele T, Boon N (2014). Deodorants and antiperspirants affect the axillary bacterial community. Arch Dermatol Res 306(8):683–688.

6. Paetzold B, Willis JR, Pereira de Lima J, Knödlseder N, Brüggemann H, Quist SR, Gabaldón T, Güell M (2019). Skin microbiome modulation induced by probiotic solutions. Microbiome 7(1):95.

7. Clavaud C, Jourdain R, Bar-Hen A, Tichit M, Bouchier C, et al. (2013). Dandruff Is Associated with Disequilibrium in the Proportion of the Major Bacterial and Fungal Populations Colonizing the Scalp. PLoS ONE 8(3): e58203.

8. Sanford JA y Gallo RL (2013).Functions of the skin microbiota in health and disease. Semin Immunol Nov 30;25(5):370–377.

9. Arck P, Handjiski B, Hagen E, Pincus M, Bruenahl C, Bienenstock J, Paus R (2010). Is there a ‘gut–brain–skin axis’? Exp Dermatol 19(5):401-5.

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