Consejos para el cuidado de la piel en invierno
La población es ya bastante consciente de la importancia de la protección de la piel frente al sol, pero no lo es tanto frente al frío, de ahí que en otoño, y sobre todo en invierno, los cuidados no sean siempre los adecuados.
Factores propios de estas estaciones como son el frío, el viento y la humedad producen daños en la piel, deshidratación y a largo plazo aceleran el envejecimiento. Además, existen enfermedades como la psoriasis, la dermatitis atópica o la rosácea que pueden aparecer o agravarse con el frío.
La mejor manera de prevenir estos problemas causados por los factores climatológicos adversos es preparar la piel antes de su llegada. Por este motivo, el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza (COFZ) recomienda una serie de consejos para preparar la piel frente al frío.
La vocal de Dermofarmacia del COFZ, Beatriz Saralegui, recuerda que una piel hidratada y nutrida nos permite hacer frente a los agentes externos, “por ello es aconsejable la higiene facial tanto por la mañana como por la noche y el uso de protector solar durante todo el año”. Además, añade la vocal, “conviene tomar frutas y verduras de la temporada, de muchos colores, ya que su alto contenido en vitaminas permite limpiar y recuperar los tejidos de los efectos nocivos del sol y proteger del frío”.
- Prevenir y combatir el riesgo de deshidratación de la piel en invierno aplicando con regularidad una crema hidratante no sólo en las zonas más expuestas como el rostro, los labios o las manos, también en el cuerpo y en los pies.
- La piel de los labios es muy delicada y con el frío se reseca y se agrieta. Para evitarlo, aplicar bálsamos y protectores hidratantes.
- Proteger bien del frío las manos y los pies con guantes, calcetines y calzado adecuado.
- Evitar duchas y baños con agua muy caliente y calentar manos y pies cerca del fuego o la calefacción, pues propician que la piel se irrite y pueda dañarse. Es muy saludable terminar las duchas con agua fría sobre todo en las piernas.
- Utilizar tejidos naturales, algodón o lana que permiten una mejor transpiración.
- Disminuir la ingesta de tabaco y alcohol, pues al igual que el frío aumentan la sequedad y el enrojecimiento de la piel.
- Evitar los cambios bruscos de temperatura, pues aumenta la aparición de rojeces.
- Limpiar la piel mañana y noche de forma suave.
- Prestar especial atención a la piel más sensible de niños y ancianos.
- Protegerse a diario del sol, que es dañino también en invierno. Los cuidados serán extremos si vamos a la nieve.•
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