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Tradicionalmente se tiende a asociar el otoño con los problemas capilares.  Sin embargo la salud de nuestras melenas puede verse amenazada también en la estación invernal, cuando las condiciones climáticas, unidas a un estado generalmente más vulnerable de nuestras defensas inmunitarias, pueden desencadenar problemas y hasta empeorar patologías preexistentes. Unos cuidados cosméticos específicos pueden ayudar a minimizar estos efectos, recuperando la salud y belleza natural de nuestras melenas.

 

El cabello: estructura y ciclo folicular.

El cabello se compone del folículo piloso  y del tallo.

El folículo piloso es una invaginación de la epidermis que envuelve la raíz, que surge del bulbo piloso, y recibe terminaciones vasculares y nerviosas. Anexos al folículo se encuentran una glándula sebácea, productora de lípidos que lubrican y protegen el cabello, y  el músculo erector del pelo.

El tallo, que representa la parte visible, está formado por tres capas concéntricas. Del interior al exterior encontramos: la médula, la corteza y la cutícula, cuya estructura de escamas sobrepuestas unas a otras recuerda las tejas de un tejado.

El constituyente mayoritario del cabello es la queratina, una proteína estructural fibrosa sintetizada por los queratinocitos.

El ciclo vital del pelo, o folicular, se puede dividir en las fases: anágena, o de crecimiento, que suele durar tres años;  catágena, o de transición, de tres meses; y la telógena, o de reposo, que dura tres semanas y en la cual el cabello se desprende espontáneamente.

 

Problemas capilares en invierno:

Durante la estación más fría el cabello puede sufrir alteraciones como resultado del cloro de las piscinas, de los contaminantes ambientales, del uso de gorros y sombreros y del abuso de productos químicos o de técnicas de secado agresivas. También influye el posible debilitamiento del estado inmunitario. Todos estos factores provocan daños en la estructura capilar: las  escamas de la cutícula se abren, perdiendo su cohesión, la queratina sufre daños estructurales y, además, se altera la secreción lipídica, escudo natural que lubrica y confiere brillantez al cabello. Como consecuencia, el pelo se vuelve débil, áspero, opaco y quebradizo: uno de los signos más característicos es la aparición de las “puntas abiertas” o tricoptilosis.

En muchos casos a estos daños se acompaña la caída, más o menos masiva, de pelo, o alopecia difusa.

 

Alopecia difusa

Por alopecia se entiende la pérdida del pelo, localizada o difusa, temporal o definitiva, debida a diversas causas (genética, hormonal, nutricional, farmacológica, psicológica, etc.).

La alopecia difusa o efluvio telógeno, es un tipo de alopecia caracterizado por afectar a ambos sexos por igual y por seguir un patrón estacional, con mayor incidencia en otoño y en primavera. Es reversible y temporal. Además de los arriba mencionados, otros factores implicados en su aparición o reagudización suelen ser: las situaciones de estrés,  una dieta desequilibrada, carente en nutrientes esenciales y vitaminas, o la toma de ciertos medicamentos.

Productos cosméticos capilares

Una vez examinadas las situaciones que con más frecuencia son motivo de consulta para el farmacéutico en este ámbito, pasamos a examinar las herramientas de la que dispone actualmente la cosmética capilar para enfrentarse a tales problemáticas.

En la siguiente tabla se resumen la pauta más seguida para el abordaje de la alopecia:

En los casos en los que el cabello aparece muy castigado, aún sin llegar a manifestarse alopecia, la estrategia consistirá básicamente en seguir unas pautas de higiene y cuidados que incluyen: el uso de champús específicos por cada tipo de cabello, formulados con ingredientes no agresivos que respeten el cuero cabelludo; aplicar acondicionadores y mascarillas hidratantes y nutritivos; favorecer el secado “al aire” y minimizar el uso de secadores y planchas para el pelo; limitar el uso de tintes o tratamientos químicos de alisado, que debilitan la estructura del cabello; por último, seguir una dieta equilibrada que aporte todos los nutrientes esenciales, añadiendo según  el caso un complemento de la dieta durante un periodo limitado.

  • Productos de higiene

Los champús son productos aptos para la limpieza del cabello y del cuero cabelludo, a los que lavan y  preparan para recibir los siguientes tratamientos.

Esquemáticamente, la fórmula de un champú engloba: detergentes y espumantes, estabilizantes, reengrasantes y acondicionadores, espesantes, opacificantes y perlantes, principios activos, sustancias secuestrantes, colorantes y perfumes, conservantes y antioxidantes, reguladores del pH y agua.

La fórmula deun champú anticaída incluye:

  • Inhibidores de la enzima 5-α-reductasa: Zinc, extractos de sabal, lino, lúpulo, pino marítimo, té verde.
  • Derivados del ácido ursólico, con acción estimulante de los queratinocitos, antiséptica y antiinflamatoria: extractos de romero, lavanda, salvia y tomillo.
  • Activos ricos en proantocianidinas: extracto de semillas  de uva y manzana.
  • Sustancias calmantes, antiinflamatorias y antirradicales libres: derivados de regaliz, betaglucanos,  SOD.

Un cuero cabelludo sano necesita simplemente un champú de higiene. En la elección debería tenerse en cuenta el tipo de cabello: las personas con cabello seco se beneficiarán de formulaciones con tensioactivos catiónicos y ricas en grasas;  un champú para el pelo fino y delicado incorporará  tensioactivos anfóteros; las personas con cabello tendencialmente graso o con caspa deberían elegir champús en cuya formulación predominen tensioactivos aniónicos y sustancia astringentes.

  • Productos para el cuidado.

Lociones anticaída.

Las lociones anticaída juegan un papel fundamental en la estrategia de control de la alopecia reversible. Incorporan principios activos como son:

  • Minoxidilo (en solución hidroalcohólica al 2-5%), alcanfor, mentol u otros extractos vegetales, con acción rubefaciente que estimula la irrigación del folículo piloso.
  • Ácido retinoico, vitaminas del grupo B, tricopéptidos, tricosacáridos, extractos de ginseng, ginko biloba, centella y células madres vegetales: con elevado poder  nutritivo y estimulante de la actividad del folículo piloso.

 

Acondicionadores

Son productos que, aplicados y aclarados después del lavado de cabeza, reparan, nutren  y reforzan el cabello; aumentan su flexibilidad, brillo, manejabilidad y facilidad de peinado, neutralizando las cargas eléctricas. Generalmente se formulan como emulsiones o cremas.

Incorporan en sus formulaciones diversos principios activos, como aceites, ceras y siliconas que lubrican y suavizan la fibra capilar, ácidos débiles, tensioactivos catiónicos, extractos de plantas, sustancias plásticas y proteínas de vitaminas, como el ácido pantoténico o provitamina B5.

En este grupo se incluyen los bálsamos, acondicionadores propiamente dichos, mascarillas y aceites.

 

Fijadores

Son productos con formulaciones, texturas y propiedades muy diferentes, que comparten una finalidad común: la del stylingo de acabado del peinado. Se aplican en la melena húmeda o seca, tras el lavado con champú y acondicionador/mascarilla, con la finalidad de moldear, fijar, proporcionar brillo y/o protección.

Los más empleados son las lacas capilares, las espumas moldeadoras, los geles y ceras, y los productos anti-frizz, que a menudo incorporan agentes protectores térmicos. Es recomendable usar productos cuya formulación incluya agentes hidratantes y sea libre de alcohol, ya que éste al evaporar puede resecar el pelo. Además, habría que limitar el uso de estos productos en aquellos casos en los que el cabello sea muy castigado.

Los nutricosméticos

Los llamados “nutricosméticos” no están incluidos en la definición de cosmético, que incluye sustancias de aplicación tópica y de efecto localizado. De hecho, legalmente se les considera  complementos dietéticos, especialmente diseñados para completar una alimentación normal, constituyendo una fuente concentrada de nutrientes y otras sustancias, administrados por vía oral. La principal diferencia con los clásicos complejos multivitamínicos estriba en que los nutricosméticos contienen una selección específica de ingredientes, basada en su acción fisiológica sobre las necesidades específicas de la piel, del cabello o de las uñas.  En el ámbito del cuidado capilar, concretamente, sus ingredientes intervienen en la  formación de la queratina y en el buen funcionamiento del metabolismo de las células pilosas.

Aunque su formulación base suele variar bastante entre los diferentes preparados, los ingredientes más comunes son: extracto de levadura; extractos vegetales (mijo, semillas de calabaza); aceite de onagra y aceite de borraja, ricos en ácidos grasos esenciales; PABA (factor de regeneración celular); aminoácidos azufrados: L-cistina, taurina; vitaminas antioxidantes: A, B, C, D y E; sales minerales: Ca, I, Zn, Fe, Mg, Mn, Se.

Se utilizan como coadyuvantes en los tratamientos anticaída, actuando sinérgicamente con los tratamientos tópicos, y también en la estrategia de rescate del cabello castigado, sobre todo durante el otoño, tras la sobreexposición a los agentes ambientales, típica del verano. Se recomienda asumir uno o dos comprimidos/cápsulas al día por un  mínimo de tres meses.

Consejo farmacéutico:

Desde el mostrador de la oficina de farmacia se pueden proporcionar útiles consejos para elegir la estrategia de tratamiento y los productos más adecuados, en función del tipo de problema y de su gravedad. Estos incluyen:

  • Una buena higiene resulta fundamental. Elegir un champú de elevada calidad que sea específico para cada tipo de cabello (seco, graso, fino). Reservar el uso de champús y lociones con activos anticaída a los casos de alopecia manifiesta.
  • Utilizar  acondicionadores y mascarillas, que nutren y reparan las fibras capilares.
  • Evitar, en la medida de lo posible, aplicar productos químicos agresivos (tintes, permanentes/productos alisadores) o utilizar técnicas de secado con altas temperaturas (brushing, uso de planchas, etc.)  hasta que el cabello no esté saneado.
  • La dieta juega un papel fundamental: debería ser variada y equilibrada, para que nos aporte todos los nutrientes esenciales para el buen funcionamiento del organismo. Los nutricosméticos representan un refuerzo, pero no pueden sustituir el aporte dietético. Además no deben superarse nunca las dosis y el período de administración recomendados, para evitar fenómenos de acumulación de las vitaminas liposolubles, que pueden ser perjudiciales. •

 

Bárbara Iacoangeli

Farmacéutica

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