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Después de las vacaciones nos cuesta recuperar el sueño. Tras unas semanas de merecido descanso y con un desajuste horario, hemos de volver a recuperar la rutina. Durante unos días podemos sufrir de insomnio. Pero existen otras situaciones que igualmente ocasionan insomnio ya sea por desajustes temporales, o de forma crónica. El insomnio es el trastorno del sueño más habitual en la población general y una consulta muy frecuente en la oficina de farmacia. La falta de sueño puede afectar negativamente la vida de la persona que lo padece, ya sea a nivel emocional, mental o físico.

Es más frecuente encontrar trastornos del sueño en mujeres a partir de los 40 años. En jóvenes adultos se observan dificultades para iniciar su sueño, y los mayores de 45 años tienen más dificultad para mantener un sueño continuado, es decir sufren despertares nocturnos frecuentes.

 

 

CAUSAS DEL INSOMNIO

El insomnio puede estar ocasionado por multitud de causas. Conocer su etiología es necesario, ya que el tratamiento dependerá de dicha causa y del tipo de insomnio.

 

Causas fisiológicas

Suelen ser las más fáciles de evitar o de tratar. Destaca el dormir en ambientes con temperatura, ruidos o luces desagradables, enfermedades respiratorias o que cursen con dolor, situaciones fisiológicas como menopausia o embarazo, consumo de alcohol, tabaco o bebidas estimulantes, y la realización de ejercicio físico o mental justo antes de acostarse. También se da en personas con cambios de horario, como trabajadores nocturnos, o en viajeros que vuelan a zonas horarias distintas, fenómeno conocido como “jet lag”.

 

Causas psicológicas

Las emociones, como estrés y otros acontecimientos afectivos o laborales, actúan como estimulantes de la corteza cerebral.

 

Causas psiquiátricas.

Son las más difíciles de tratar. La depresión, ansiedad, anorexia nerviosa o crisis psicóticas pueden dar lugar a insomnio.

 

Uso de medicamentos

El insomnio puede ser inducido por fármacos estimulantes como anfetaminas, agonistas adrenérgicos, antidepresivos, corticoides o teofilina. Paradójicamente, también los fármacos hipnóticos pueden generar insomnio cuando se retiran bruscamente. Esta suspensión puede generar insomnio y pesadillas, dando lugar a dependencia psíquica.

 

 

PRINCIPALES CONSECUENCIAS DE LA FALTA DE SUEÑO

  • Somnolencia y fatiga.
  • Falta de concentración y disminución del estado de alerta y rendimiento.
  • Dolores musculares, cefalea.
  • Alteraciones del humor (tensión, disforia, irritabilidad, depresión…).
  • Posibilidad de desarrollo de cambios sensoriales como la reducción del campo visual o la ralentización del habla.
  • Aumento del riesgo de enfermedades cardíacas y de la presión arterial.
  • Obesidad. La falta de sueño aumenta la producción de grelina, una sustancia que produce sensación de hambre, y disminuyen los niveles de leptina, un anulador del apetito.
  • Diabetes. Al dormir poco se elevan los niveles de cortisol y de hormona del crecimiento, y de hecho, ambas hormonas antagonizan los efectos de la insulina, por lo que se produce un aumento de la resistencia a la insulina.
  • Envejecimiento de la piel. La eliminación de toxinas se ve disminuida, así como la hidratación de la piel.
  • Alteración del sistema inmunológico.

 

 

¿CÓMO AFRONTAR EL INSOMNIO?

 

PREVENCIÓN

En general, siempre es preferible seguir unas medidas preventivas que instaurar un tratamiento farmacológico. Mantener una correcta higiene del sueño ayuda a prevenir el insomnio y los problemas relacionados con la falta de descanso. Desde la farmacia podemos facilitar unos consejos eficaces para conciliar el sueño:

  • Irse a la cama cuando se tenga sueño.
  • Acostarse siempre a la misma hora para que el sueño se convierta en un hábito, incluso los fines de semana y durante las vacaciones.
  • Crear un ambiente relajado y confortable en la habitación, modulando la intensidad de la luz, evitando los ruidos y manteniendo una temperatura adecuada.
  • Desconectar los móviles y otros dispositivos electrónicos y retirarlos del dormitorio.
  • Realizar actividades relajantes una hora antes de acostarse.
  • Evitar hacer ejercicio intenso antes de irse a dormir.
  • Evitar las siestas durante el día.
  • Reducir o evitar el consumo del alcohol, cafeína u otras bebidas o alimentos estimulantes.
  • Evitar las cenas copiosas.
  • Limitar la ingesta de grandes cantidades de líquidos antes de dormir.
  • Seguir un ritual antes de acostarse. Ponerse el pijama, lavarse los dientes, cepillarse el pelo o tomar un baño a temperatura corporal por su efecto relajante.

 

 

TRATAMIENTO FITOTERAPÉUTICO

 

VALERIANA (Valeriana officinalis)

Sus efectos se deben a dos tipos de principios activos. Por una parte, tiene un contenido del 0.3-2.0% de aceite esencial, formado fundamentalmente por ésteres de ácido valeriánico e isovaleriánico con alcoholes como borneol y eugenol. También aparecen sesquiterpenos como valerenal, valerenona y valerianol. Por otra parte, presenta una cantidad del 0.5-2.0% de iridoides, conocidos como valepotriatos.

La valeriana es una de las especies que más se han utilizado en Fitoterapia para el tratamiento del insomnio. También es la especie sobre la que se han realizado más estudios para comprobar sus efectos. El aceite esencial ha demostrado tener unos efectos antiespasmódicos, mientras que los valepotriatos son sedantes.

El mecanismo de acción de la valeriana es complejo y no está totalmente esclarecido, aunque podría actuar a nivel pre y postsináptico. En ensayos in vitro se ha comprobado que los valepotriatos inhiben a la GABA transaminasa, disminuyendo la degradación del ácido gamma-aminobutírico (GABA). Además podrían aumentar su liberación a los espacios sinápticos y disminuir su recaptación. Por otra parte, en la valeriana se han detectado grandes cantidades de glutamina, que podría ser captada por las neuronas y transformada en GABA. Finalmente, se ha comprobado en ensayos in vitro que el hidroxi-pinorresinol es capaz de fijarse al receptor benzodiazepínico, ejerciendo un efecto agonista y estimulando por tanto la transmisión GABAérgica.

 

AMAPOLA DE CALIFORNIA (Eschscholtzia californica Cham.).

En su composición destaca la presencia de alcaloides isoquinoleínicos en cantidades bastante importantes (0.5%). Esta especie tiene ciertos efectos inhibidores de la monoamino-oxidasa, por lo que pueden aumentar los efectos de las catecolaminas, motivo por el que debe usarse con precaución en pacientes con glaucoma, ya que podría aumentar la presión intraocular. También podría en ocasiones aumentar los efectos de los antidepresivos del tipo IMAOs, aunque no se han descrito casos clínicos de esta interacción. De igual manera, algunos de sus alcaloides pueden ser ligeramente oxitócicos, por lo que no se recomienda utilizarla durante el embarazo.

 

ESPINO BLANCO (Crataegus monogyna Jacq.).

Las sumidades floridas de espino blanco son ricas en flavonoides, con concentraciones entre el 1-2%. Entre ellos, el principal es el hiperósido (0.28%), aunque en menor medida pueden aparecer otros como vitexina y orientina (alrededor del 0.2%).

Los extractos de espino blanco han demostrado, en ensayos con animales, tener unos efectos hipnóticos. Se han estudiado también mucho los efectos sobre el corazón, en los que se ha observado una actividad cardiotónica, antiarrítmica y vasodilatadora antianginosa. Los efectos vasodilatadores parecen ser debidos a los flavonoides. Por su parte, la capacidad inótropa que presenta podría ser debida a un bloqueo de la ATPasa Na/K. Debido a sus efectos, actúa como sedante nervioso y cardiaco, siendo de gran utilidad en caso de insomnio y nerviosismo asociado a taquicardias y palpitaciones.

El uso de espino blanco podría resultar peligroso en pacientes en tratamiento con digoxina, ya que podría potenciar los efectos de ésta, dando lugar a fenómenos de toxicidad.

Se desaconseja utilizarlo durante el embarazo, debido a que su uso se ha asociado al síndrome de Pierre Robin, caracterizado por distrés respiratorio, hipotonía, displasia de los dedos, uñas y cadera y alteraciones en los ruidos cardiacos. Sin embargo no hay datos que demuestren estos efectos.

Así mismo, tampoco debe utilizarse en madres lactantes y niños menores de 18 años, debido a la ausencia de datos que avalen su eficacia y seguridad. En ocasiones ha dado lugar a reacciones adversas, sobre todo de índole digestiva, como náuseas, vómitos, dolor abdominal o diarrea. También es común la aparición de sedación. Más rara es la presencia de hipotensión y arritmias cardiacas.

 

LÚPULO (Humulus lupulus L.)

En Fitoterapia se pueden utilizar los estróbilos, que son las inflorescencias femeninas, En estas inflorescencias aparece un aceite esencial (0.3-1.0%) con sesquiterpenos.

Sus propiedades hipnóticas sólo han podido comprobarse in vivo en estudios con animales. Se ha comprobado que los extractos pueden disminuir la actividad motora de rata e inducir sueño en ratón.

El lúpulo podría tener ciertos efectos estrogénicos ligeros, por lo que podría dar lugar a muy altas dosis a aborto espontáneo, por lo que no se recomienda su utilización durante el embarazo.

 

MELISA (Melissa officinalis L.)

Es una de las especies que más se está utilizando como sedante en la actualidad. Las hojas son las que constituyen la droga, aunque también pueden ir acompañadas en ocasiones por los tallos y las flores.

Es rica en un aceite esencial, con una composición variable, con geranial, neral, citronelal y limoneno, al cual se le atribuyen los efectos sedantes, aunque no se han realizado apenas estudios, y la utilización de la Melisa se basa sólo en su uso tradicional.

Algunos autores afirman que el aceite esencial es teratógeno y epileptógeno, aunque no se han descrito casos clínicos que lo afirmen. No obstante, se recomienda no utilizarla en embarazadas y madres lactantes, debido a la ausencia de datos que avalen la seguridad.

 

 

 

NARANJO AMARGO (Citrus aurantium L.var. amara).

Las flores, conocidas como azahar, son ricas en un aceite esencial, cuyos componentes fundamentales son monoterpenos como limoneno y linalol, a los que se responsabiliza de los ligeros efectos sedantes.

El azahar se ha utilizado como sedante ligero, normalmente combinado con otras especies. Se ha usado durante décadas una preparación conocida como agua de azahar, muy utilizada como antiespasmódica y sedante ligera. El uso tradicional del azahar no ha demostrado efectos adversos durante el embarazo, la lactancia, ni en niños pequeños, por lo que podría utilizarse en estas situaciones.

 

PASIFLORA (Passiflora incarnata L.)

La parte aérea de la planta es rica en numerosas sustancias: flavonoidesfenoles, aceites esenciales, a las que se le atribuye en conjunto su acción sedante.

La pasiflora es una especie muy segura, aunque en ocasiones se han descrito con su uso casos de náuseas, vómitos, sedación y en ocasiones puntuales, taquicardia y prolongación del intervalo QT, aunque no se ha comprobado una relación causa-efecto para ésta última.

 

TILA (Tilia cordata Mill.)

La parte utilizada es la inflorescencia, que es rica en mucílagos, que le confiere propiedades demulcentes y antitusivas. También presenta flavonoides y trazas de aceite esencial.

Tradicionalmente se ha utilizado como sedante, sola en infusión o en combinación. Es junto con la valeriana la especie con más tradición como sedante en España. Su uso además se considera seguro, incluso para embarazadas, madres lactantes y niños.

 

KAVA-KAVA (Piper methysticum)

Es una planta de la familia de la pimienta y de origen indonesio con actividad ansiolítica, debida a las kavapironas o kavolactonas. Debido a su posible toxicidad hepática, su empleo no está permitido (España, desde 2001) o está limitado en algunos países europeos y en otras partes del mundo. En el año 2007, la OMS publicó una relación de casos de toxicidad que permitían concluir que tanto los extractos acuosos empleados tradicionalmente como las formulaciones obtenidas con otros solventes podrían ser potencialmente hepatotóxicos.

 

 

COMPLEMENTOS ALIMENTICIOS

 

MELATONINA

La Melatonina es una sustancia natural producida por la glándula pineal (epífisis) presente en todas las formas de vida (animales, plantas, hongos, bacterias y en algunas algas). Es sintetizada a partir del aminoácido esencial Triptófano. Normalmente, la producción de melatonina por la glándula pineal es inhibida por la luz y estimulada por la oscuridad. Por esta razón la melatonina ha sido llamada «la hormona de la oscuridad».

La Melatonina a dosis inferiores a 2 mg. es considerada complemento alimenticio, mientras que a dosis superiores es medicamento.

 

 

 

 

TRIPTÓFANO

El triptófano pertenece al grupo de lo que denominamos aminoácidos esenciales, sólo obtenidos a través de la alimentación, por lo que debemos garantizar el consumo de los alimentos que lo contienen; huevos, leche y cereales integrales, o complementos alimenticios a base de triptófano.

Vegetarianos y personas sometidas a altos niveles de estrés, tienen mayor riesgo de deficiencia de este aminoácido.

El triptófano es esencial para que el cerebro segregue la serotonina, que es un neurotransmisor cerebral, precursor a su vez de la melatonina, vital para regular el ciclo diario de vigilia-sueño.

Al actuar sobre el estrés, también ayuda a controlar el apetito, evitando así la típica ansiedad por la comida. Para un buen metabolismo del Triptófano necesitamos que nuestro organismo tenga los niveles adecuados de vitamina B6 y de Magnesio.

 

 

TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO

 

ANTIHISTAMÍNICOS H1 (Difenhidramina, doxilamina)

Son fármacos no sujetos a prescripción médica siendo ampliamente utilizados para el tratamiento del insomnio. Aunque existen estudios que sugieren una mejora de los síntomas, los datos de eficacia son muy escasos. Además, su uso se asocia a efectos adversos que pueden ser graves, como reacciones anticolinérgicas, sedación diurna excesiva y alteración cognitiva, motivos por los cuales el paciente no percibe una mejora en el descanso.

 

HIPNÓTICOS

Constituyen la primera línea de tratamiento farmacológico de prescripción médica, cuando con las medidas no farmacológicas no se han obtenido los efectos deseados, cuando el insomnio produce deterioro grave o cuando persiste tras el tratamiento de una patología subyacente.

Los hipnóticos usados en la actualidad pertenecen a dos grandes grupos: benzodiazepínicos y no benzodiazepínicos. Se recomienda no utilizar estos fármacos durante más de 3 semanas. Las recomendaciones actuales destacan que los hipnóticos son eficaces en el insomnio de corta duración. Sus grandes inconvenientes, la tolerancia y la dependencia.

 

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Halley

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