El 1% de la población española padece intolerancia al gluten, según datos del Ministerio de Salud y Consumo, aunque la prevalencia de esta enfermedad puede ser mucho mayor, dado que un elevado porcentaje de casos permanece sin detectarse. “Ese 1% de pacientes celiacos es solo la punta del iceberg”, afirma Eduardo González Zorzano, experto médico de Laboratorios Cinfa. “De acuerdo a la Federación de Asociaciones de Celiacos de España (FACE), hasta un 75% de los celiacos no saben que lo son, porque no presentan síntomas. En consecuencia, siguen consumiendo alimentos que contienen gluten, con los efectos negativos que ello conlleva para su salud”, asegura.
El gluten es una proteína presente en el trigo y otros cereales como el centeno, la cebada y la avena, que inflama y lesiona la mucosa del intestino delgado en las personas intolerantes, e impide la correcta absorción de los alimentos. “Esto, a su vez, dificulta que el organismo asimile apropiadamente los nutrientes, lo que provoca una malnutrición crónica con una deficiencia de calorías, proteínas, vitaminas y minerales”, explica el experto.
Otros síntomas de la celiaquía son diarrea, retortijones intestinales, hinchazón abdominal y malnutrición, y puede causar también pérdida de peso en adultos, inhibición del crecimiento en niños, anemia y problemas óseos.
Componente genético
La celiaquía -que no se trata de alergia al gluten, sino de intolerancia- afecta más a las mujeres que a los hombres y cuenta con un componente genético, por lo que es más frecuente en determinadas familias: si una persona padece esta enfermedad, aumenta hasta un 10% la probabilidad de que otro miembro de su familia la sufra, y además puede manifestarse a cualquier edad.
El único tratamiento posible es seguir una dieta estricta sin gluten durante toda la vida. “El paciente celíaco no puede ingerir ningún alimento que contenga esta proteína, ni siquiera en cantidades mínimas o por error, ya que hacerlo de manera continuada puede dañar severamente las vellosidades intestinales y poner en riesgo su salud, incluso en ausencia de síntomas. En cambio, si se respeta la dieta de manera estricta, el revestimiento intestinal se repara progresivamente y el intestino vuelve a funcionar con normalidad”, concluye González Zorzano.
Consejos para convivir con la celiaquía
- Evita el autodiagnóstico: No inicies una dieta libre de gluten antes de que los exámenes médicos y la biopsia intestinal hayan confirmado la enfermedad, porque se puede enmascarar o retrasar el diagnóstico. La única medida preventiva que se recomienda es no incorporar alimentos con trigo en la dieta de los bebés hasta los seis meses de edad.
- Sigue una dieta sin gluten, pero rica y variada: Basa tu dieta en alimentos naturales y frescos que no contengan esta proteína, como carnes, pescados, huevos, leche y derivados, frutas, verduras y hortalizas, legumbres y cereales como el maíz o el arroz.
- Sé precavido con los alimentos elaborados: Como norma general, debes eliminar de tu dieta los productos a granel, los elaborados artesanalmente, los que no estén etiquetados y no incluyan el listado de ingredientes, y los alimentos envasados, porque en ellos es más difícil garantizar la ausencia de gluten.
- Lee las etiquetas de los productos manufacturados: Aproximadamente el 70% de ellos contienen gluten. Por eso, lee siempre la etiqueta del producto, ya que los cereales, la harina, los almidones modificados (E-1404, E-1410, E-1412, E-1413, E-1414, E-1420, E-1422, E1440, E-1442, E-1450), los amiláceos, la fécula, la fibra, los espesantes, la sémola, las proteínas, las proteínas vegetales, el hidrolizado de proteína, la malta, el extracto de malta, la levadura, el extracto de levadura, las especias y los aromas pueden contener esta proteína. También resultan muy útiles los símbolos que identifican a los productos libres de gluten.
- Mantén una higiene adecuada al cocinar: Una inadecuada preparación de alimentos puede generar una contaminación cruzada entre alimentos que contienen gluten y lo que no, poniendo en riesgo tu salud o la de tus familiares celiacos. Para evitarla, debes manipular con precaución los alimentos, lavar y limpiar bien las encimeras, mesas y utensilios de cocina, y almacenar los productos susceptibles de contener gluten separados del resto.
- Prepara las comidas libres de gluten en primer lugar: Además, para evitar esta contaminación cruzada de los alimentos, es recomendable cocinar las pastas con y sin gluten en recipientes separados y usar distintas cucharas para revolver. Evita freír alimentos sin gluten en aceites donde previamente se hayan frito productos que sí lo contienen.
- Consulta los ingredientes y la manipulación de alimentos al comer fuera: Las personas celíacas pueden comer también en restaurantes y comedores, pero con la precaución de informarse previamente sobre la forma de elaboración y los ingredientes de cada plato. Si deseas comer pan, es mejor llevarlo de casa y, para el postre, tomar fruta fresca.
- Viajar sí, pero sin riesgos: Cuando viajes, llama con antelación al establecimiento donde te alojarás para explicar tu condición de celíaco. Si te alojas con amigos o familiares, debes explicarles cómo evitar la contaminación cruzada de los alimentos.
- Presta atención a los excipientes de los medicamentos: Algunos fármacos pueden utilizar gluten, harinas, almidones u otros derivados en sus excipientes. No obstante, podrás saberlo siempre si consultas los prospectos, etiquetado y fichas técnicas, ya que legalmente debe advertirse siempre de los productos que contengan sustancias que puedan causar intolerancias o alergias.
- Déjate asesorar por los expertos: Un buen nutricionista puede ayudarte diseñar una dieta equilibrada y variada que se adapte a tu estilo de vida. También las asociaciones de celíacos de tu comunidad pueden asesorarte y resolver tus dudas. •
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